En el área comunal de Colorados del Búa se construyen ocho aulas móviles, que ya tienen el 60 % de avance. Foto: María Victoria Espinosa / EL COMERCIO
Desde el patio de la escuela Abraham Calazacón se observan las aulas blancas de la unidad educativa del milenio, que se construye en la comuna tsáchila Colorados de Búa.
Se tenía previsto que desde este año lectivo, que empezó a mediados de abril, los estudiantes de la escuela Abraham Calazacón recibieran clases en esas nuevas aulas, que cuentan con un laboratorio de computación y de ciencias.
Pero el traspaso a esas nuevas instalaciones no se dio debido a que los contratistas de la obra aún no la entregan, pese a que ya terminó el plazo.
La directora zonal 4 de Educación, María Beatriz Santos, señaló que se hicieron observaciones a la obra y que se extendió el plazo de entrega cuatro meses más. Lo anunció en una rueda de prensa.
Entre esas observaciones consta el alcantarillado y las conexiones eléctricas.
Rebeca Ponce, miembro del Comité de Padres de la escuela Abraham Calazacón, señaló que el año anterior se demolió un bloque con cinco aulas. Y que esas aulas son indispensables para que se dicten clases.
La alternativa que encontraron los directivos de la institución fue crear una jornada vespertina, en la que se dicten clases a los niños que van a cursos superiores como décimo año.
Desde hace dos semanas los estudiantes asisten a esa jornada, pero se han registrado inconvenientes.
Ponce señaló que la jornada termina a las 18:00 y hay niños que caminan hasta ocho kilómetros para llegar a sus viviendas. En el camino, los estudiantes se han encontrado con animales, como culebras. “Nos preocupa que los niños estén solos por esa vía. Además es difícil que nos cambien de horario de un día para el otro”.
Por eso, la semana anterior los padres de familia convocaron a una reunión con las autoridades de la provincia y del Ministerio de Educación.
Los padres hicieron un recorrido con las autoridades por las escuelas y el sector para que conocieran la realidad de Colorados del Búa.
Según la gobernadora Mary Verduga, luego de esta visita que se dio el 24 de abril, las autoridades se comprometieron con los padres a realizar varios trabajos en la comuna.
Uno de esos fue la construcción de ocho aulas móviles, en un espacio de la casa comunal, ubicada como a 200 metros de la escuela del milenio, que también tendrá el nombre del exgobernador tsáchila Abraham Calazacón.
Al momento esa obra tiene un avance del 60% y se tiene previsto que hasta mediados de mayo se elimine la jornada vespertina para que los estudiantes reciban clases en esas infraestructuras.
Otras promesas son pintar la fachada de la escuela, mejorar los caminos internos, construir un muro con hormigón, la dotación de mobiliario y equipamiento para las nuevas y antiguas aulas. Además se contrató un conserje para que se encargue del aseo diario de esa unidad educativa.
El gobernador tsáchila, Javier Aguavil, dijo que le dará seguimiento a las obras que se están ejecutando en Colorados del Búa, especialmente a la escuela del milenio.
Esa escuela sería la primera que le brindaría a los tsáchilas el bachillerato. “Fue una obra que se hizo porque la nacionalidad tsáchila la necesitaba”.
En la actualidad – agregó Aguavil- los jóvenes tsáchilas deben viajar a los colegios de la ciudad de Santo Domingo para terminar el bachillerato. Eso ocasiona que se pierdan las costumbres y tradiciones.
Por eso desde la Gobernación se emprendió una campaña en los hogares para que no se deje de hablar el tsa’fiki, idioma nativo de los tsáchilas.
Además en las escuelas se trabaja en el proyecto Guardianes de la lengua para que a través de juegos, dinámicas, música y danza se preserve el idioma en las escuelas nativas.
La madre de familia Gina Aguavil, contó que los padres tsáchilas están comprometidos a preservar el idioma en los niños y jóvenes.
Pero que para no enviarlos a estudiar en la ciudad se debe garantizar que se construyan buenos colegios y que se entregue la unidad educativa del milenio, este año lectivo.