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Ernesto Carrión, un hombre que vive por y para escribir

El escritor guayaquileño Ernesto Carrión durante la Feria Internacional del Libro Quito 2019 en el centro de Convenciones Metropolitano. Foto: EL COMERCIO

El escritor guayaquileño Ernesto Carrión durante la Feria Internacional del Libro Quito 2019 en el centro de Convenciones Metropolitano. Foto: EL COMERCIO

El escritor guayaquileño Ernesto Carrión durante la Feria Internacional del Libro Quito 2019 en el centro de Convenciones Metropolitano. Foto: EL COMERCIO

Ernesto Carrión vive inconforme con la realidad. Por eso, como una manera de llenar el vacío que encuentra en todo lo que le rodea, busca escribir compulsivamente. Carrión fue uno de los 70 escritores ecuatorianos invitados a participar en la Feria Internacional del Libro Quito 2019 que se desarrolló entre el 18 y el 22 de diciembre del 2019 en el Centro de Convenciones Metropolitano.

A los 17 años, el ecuatoriano fue internado en una clínica en Cuba tras haber sido diagnosticado con trastorno bipolar. En su estancia en la isla que duró tres meses cayó en el alcoholismo, pero también experimentó con las relaciones amorosas y su gusto por la literatura. Así supo que quería ser escritor.

Desde entonces, con su vertiginosa capacidad creativa ha dejado su impronta en la poesía con 15 publicaciones, 13 de las cuales comprenden el tratado lírico ‘ø’ (símbolo del vacío) que está dividido en tres tomos: ‘La muerte de Caín’, ‘Los duelos de una cabeza sin mundo’ y ‘18 Scorpii: abiogénesis’.

Carrión, que ahora tiene 42 años, cuenta que le dedicó a ese tratado 16 años de su vida. “La poesía fue lo que me mantuvo vivo en ese tiempo”, revela. De ahí que para este escritor este género no pueda ser escrito por cualquier persona, mucho menos por una que vive en un estado de comodidad y alegría.

“La poesía es algo que tú no controlas. Yo no me acuerdo de mis poemas, me pasa que cojo un libro mío y no sé cómo lo escribí, porque yo no soy dueño de esos versos. Ahí me puedo imaginar qué sentía, qué dolor tenía. Ahora ya no soy el que escribió eso”, confiesa.

Y a pesar de que se inició en la poesía, Carrión la abandonó. Lo hizo “porque ya no podía descubrirme más a mí mismo”. Entonces, en el 2015, desembarcó en la narrativa, ya con una estabilidad emocional que, según cuenta, llegó gracias su esposa y a su hijo de ocho años.

En cuatro años como novelista ha escrito ocho obras. Todas han recibido múltiples reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional. Entre los galardones más destacados están el Premio Casa de las Américas que se llevó en el 2017 con su obra ‘Incendiamos las yeguas en la madrugada’.

Ese mismo año se llevó el Premio Lipp por ‘El día en que me faltes’ y este 2019 fue galardonado con el Premio de Novela Corta Miguel Donoso Pareja por ‘El Vuelo de la tortuga’.

Carrión escribe con la premisa de que las historias no pueden quedar en el olvido. Por eso traslada a sus escritos sus vivencias del sur de Guayaquil donde, según sus palabras “se vive más en la calle que en la casa”.

En sus libros conviven la violencia de las calles o intrafamiliar con historias pasionales y profundas al personaje más importante de la literatura; el lector, porque sin él, dice, los libros no tendrían sentido.

Sus novelas se caracterizan por la escritura, que en cada relato es diferente y muestra una variación del estilo literario de un autor para quien es importante “reinventarse en cada libro”. Carrión considera de suma importancia reinventarse en cada libro y sostiene que “no podría vivir 50 años escribiendo de la misma manera”. De no ser porque sus publicaciones vienen con su nombre, “cualquier lector pensaría que las obras son de distintos autores”, afirma.

En lo que no ha podido reinventarse es en cuanto le toma escribir un libro. Aunque quisiera otorgarle más tiempo a una obra, cuenta que no ha podido demorarse más de dos meses.

Ernesto Carrión en un stand de libros en la Feria Internacional del Libro Quito 2019. Foto: EL COMERCIO

Así, según el escritor, necesitó de solo 78 horas para concluir su primera novela 'Cementerio en la Luna' que recibió una mención de honor en el Premio de Novela Corta Miguel Donoso Pareja en el año 2015. “Escribí por tres días seguidos, pasé tanto tiempo sentado que después no me pude poner de pie. Mi esposa tuvo que llevarme al médico para que me ponga una inyección para desinflamarme la ingle”, recuerda.

A pesar que su carrera literaria ha sido prolífica y dotada de premios económicos, él reconoce que en el Ecuador aún es difícil hacer de la escritura una profesión sustentable. Relata que a veces tiene que hacer "malabares" para poder subsistir. Además de escribir da clases, escribe guiones, vende libros, realiza talleres, ponencias, etc...

Carrión también ha puesto sus ojos en el cine. Cuenta que la productora quiteña República Invisible, misma que en el 2012 llevó a la gran pantalla el filme ‘Sin otoño, sin primavera’, trabajará en la adaptación de su libro ‘Cementerio en la luna’. Espera que otras de sus obras como ‘El vuelo de la tortuga’, ‘Ciudad Pretexto’ y ‘Un hombre futuro’ sigan el mismo camino.

El autor reconoce que si no escribe entra en un estado de “ansiedad”. Así que ya tiene dos novelas que podrían ver la luz en el año 2020. Una de ellas es ‘Farewell, Ernesto’, libro que completará la trilogía Triángulo Fúser junto con ‘Tríptico de una Ciudad’ y ‘Ciudad Pretexto’, obra que sigue la vida del Che Guevara durante su estancia en Guayaquil.