Se sirve humeante y es aromático. Puede ser calmante o energético. Cada 21 de mayo se conmemora el Día Internacional del Té, con el fin de promover la producción y el consumo sostenible de té, y aumentar la conciencia acerca de su importancia en la lucha contra el hambre y la pobreza.
El té, de acuerdo con las Naciones Unidas, proviene de la planta Camellia sinensis. Es la bebida más consumida del mundo después del agua y también es una de las preparaciones más antiguas. En China se tiene registros de su consumo desde hace al menos 5 000 años.
Mónica Páez, ‘sommelier‘ y diseñadora de té, cuenta que existen seis grandes tipologías de té: blanco, verde, amarillo, negro, fermentado y oolong. “Todos vienen de la misma planta. La diferencia está en su procesamiento”, explica la también ‘tea-tender’ y terapista vibracional de té. “Entre menos agua tiene, más oxidado y oscuro”, agrega.
De cada una de estas tipologías se desprenden cientos de variedades. Páez asegura que hay unas 10 000 variedades de té en el mundo, entre tés puros y mezclas o ‘blends’. El té puro se caracteriza por tener un olor y un sabor que se desprende de su forma de procesamiento, mientras que en los ‘blends’ el sabor es el resultado de las flores, frutas o especias que se le agrega.
“Aquí viene otro tipo de diferenciación, el té en hebra y el té en saquitos. Nosotros, en Literato Club del Té, somos especialista en té en hebra, que es más artesanal. Se aromatiza con aceites esenciales”, dice. El té en saquitos es el pulverizado que se encuentra usualmente en los supermercados.
El té tiene muchos beneficios para la salud humana. Uno de ellos es que aporta antioxidantes. Sin embargo, cada tipología tiene sus contribuciones específicas. El té blanco, dice Páez, tiene más polifenoles, una sustancia química que lucha contra los radicales libres. “Rejuvenece las células, por eso últimamente se lo ve como ingrediente de las fórmulas cosméticas”, agrega la experta en té.
Los tés verdes, por otro lado, son ideales para desestresarse. Además, fortalecen el sistema inmunológico, al igual que el blanco. El amarillo es muy parecido al verde, aunque es una variedad muy rara en Ecuador, por su alto precio.
Después, en orden de cantidad de caféina en términos generales, está el té oolong. Este ayuda a fortalecer el hígado. El té negro es hidratante, contribuye a mejorar la circulación sanguínea, es desintoxicante y bueno para la digestión. Finalmente, el té fermentado es el que contiene mayor cafeína y, por lo tanto, es el más energizante. Acelera el metabolismo del cuerpo y quema grasa.
Todos estos beneficios han provocado que haya un aumento de consumo de té a escala global en los últimos siete años, de acuerdo con Páez. Durante la pandemia, asimismo, ha habido un incremento en el interés por esta bebida, debido a su contribución al sistema inmunológico.