En la Unidad de Apoyo del Consejo Provincial de Esmeraldas se prepara a las niñas en cursos de baile tradicional. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO
El toque del bombo a ritmo de andarele, música tradicional del pueblo afro, acompaña el baile de 30 niños que aprenden danza y canto. Los dirige Sonia España, gran voz de esta música ancestral.
Los ejercicios para aflojar las cuerdas vocales se repiten cada mañana antes de empezar los ensayos, con niñas y niños desde seis hasta 12 años de edad.La delicada voz de la maestra que interpreta una de sus canciones motiva a cada uno de los alumnos, en un salón de 6 x 10 metros. Así los incentiva para que aprendan más de su cultura.
Sofía Cangá, de 12 años, es una de las alumnas que aprende canto ancestral; proviene de la comunidad de Timbiré, en la zona norte de la provincia. En su comunidad elaboran marimbas de chonta y fabrican maracas con calabazas.
Ella espera en un futuro poder interpretar canciones que hablen de los primeros negros que llegaron a Esmeraldas y cómo fueron ganando espacios con su lucha. Es una de las niñas que muestra actitud para el canto, según su profesora.
En cambio, Margarita Preciado, de nueve años, no solo canta, al igual que el resto de alumnos, recibe clases de danza, marimba y percusión, con seis maestros que conforman la Agrupación África Negra. “Esperamos que en los próximos 40 días se pueda ver el resultado de este trabajo que será mostrado en el Teatro Tácito Ortiz de la ciudad de Esmeraldas”, señala la maestra Sonia España.
En los talleres también se dan clases de marimba para entonar diversos ritmos ancestrales afrodescendientes. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO
Los afroesmeraldeños tienen por costumbre mencionar a sus santos en cada canción, y destacan la abundancia de sus manglares y ríos, de donde se desprenden muchas de sus historias. Está, por ejemplo, El Duende, personaje mitológico de la cultura afroesmeraldeña.
El fortalecimiento de las costumbres ancestrales desprendidas de la música y la danza es uno de los objetivos de las organizaciones culturales de la ciudad, que ven en el Decenio de los Afrodescendientes una oportunidad para fomentar más sobre estos saberes.
Los niños que asisten a los cursos son de toda la ciudad. Muchos de ellos tienen padres originarios del norte de la provincia, donde hay un marcado asentamiento del pueblo afro.
Esmeraldas se ha caracterizado por tener a grandes cantantes de la música tradicional como Petita Palma, Guillermo Ayoví (Papá Roncón), José Nazareno (Don Naza), y Rosita Wila, que han dejado un legado con su música.
Los renacientes como Sonia España y Guido Nazareno, que son parte del grupo África Negra, uno de los más antiguos de Esmeraldas, se encargan en la actualidad de transmitir la tradición desde el canto.
Atrás han quedado las rudimentarias formas de enseñanza de esta tradición, que se cumplía en espacios a cielo abierto sin ninguna guía. Hoy los músicos han sido capacitados para enseñar y manejar mejor las notas musicales. “Antes solo nos guiábamos por el oído”, explica Narciso Jaramillo, de la agrupación Cuero Son y Pambil.
Durante las vacaciones, el Municipio de Esmeraldas, mediante el Conservatorio de Música, se ha dedicado a la preparación de percusionistas y danzantes, que formarán parte de los grupos locales.
Las jornadas también se imparten en la Unidad de Asistencia Médica, Desarrollo Social y Cultural de Esmeraldas (Unamydes), de la Prefectura de Esmeraldas, que enseña danza, arrullos y chigualos a cerca de 200 niños.
Uno de los maestros de canto es Guido Nazareno, que imparte canciones tradicionales como La Caderona, Andarele, Frabriciano, interpretadas por las niñas del curso en la Prefectura de Esmeraldas.
Este despertar de la cultura ha tenido respaldo desde la Corporación Casa de la Marimba y otros gestores culturales como Larry Preciado.
JuanMontaño es uno de los escritores afro que hacen énfasis en la importancia de transmitir los saberes a través de la música y el canto. El escritor cree que de esta forma se deben contar más historias de esa África negra.
Intercultural
Varias instituciones en la provincia promueven la enseñanza de la cultura ancestral en cursos dirigidos a los más jóvenes