Imagen referencial. La isla noruega de Sommar, ubicada en el Círculo Polar Ártico, tiene 70 días seguidos de sol entre mayo y julio, por lo que ha propuesto eliminar el tiempo. Foto: Pexels.
Los habitantes de Sommar, una isla noruega en el Círculo Polar Ártico donde el sol de medianoche reina en verano, iniciaron una lucha contra la rigidez de los horarios para convertirse en la primera zona donde se ha “abolido” el tiempo.
A través de una campaña con eslóganes como “Paremos el tiempo” o “La primera zona del mundo libre del tiempo”, que ha llegado hasta el Parlamento noruego, se esconde el deseo de formalizar un sistema más flexible que se adecúe a la realidad de una zona donde la luz tiene una influencia decisiva en el ritmo de vida.
El impulsor del proyecto es Kjell Ove Hveding, quien en otoño decidió tomarse un descanso después de 35 años en puestos directivos en el mundo empresarial para tratar de “recuperar el tiempo”.
“A lo largo de estos años he conocido a mucha gente que se quejaba de estar cansada, de no tener tiempo. Eso me hizo pensar: ¿Cómo vivo yo? Tomé una decisión: quitarme el reloj“, explica.
Hveding empezó a movilizar a otros vecinos en invierno, “la época en que todos escapan a la isla española de Gran Canaria para curar la depresión“, dice, en medio de la discusión a nivel europeo sobre la posibilidad de acabar con el cambio de hora bianual.
En esta isla, ubicada a 50 kilómetros de la provincia noruega de Troms, viven menos de 400 personas.
“Nos preguntamos qué significa para nosotros, cuando tenemos luz todo el verano (70 días seguidos entre mayo y julio). No significa nada, es casi ridículo”, afirma.
En esta época los habitantes de Sommar, como los de otras zonas árticas, viven de hecho a un ritmo muy diferente: actividades caseras como pintar la casa o cortar el césped se hacen de madrugada y los horarios son mucho más laxos.
“Si los jóvenes de Oslo hicieran como los nuestros, habrían enviado a la policía a buscarlos. Para nosotros es tan natural que no tengan hora fija para volver a casa… No les podemos decir que vuelvan cuando se haga de noche, porque entonces no los veríamos hasta agosto”, asegura.
Los vecinos de Sommar y comenzaron a celebrar reuniones, contactaron con la agencia estatal de innovación y turismo y decidieron finalmente en una asamblea a finales de mayo enviar un documento a las autoridades para que declararan la isla primera zona ‘libre de tiempo.
Hveding viajó a Oslo para entregarle el documento a un diputado de la zona y la iniciativa será estudiada cuando el Parlamento debata la cuestión del cambio de horario tras la pausa veraniega.
“Lo que queremos es mayor flexibilidad sobre a qué hora deben abrir las escuelas, en los horarios de trabajo. No debemos ser fanáticos, sino diplomáticos”, explica.
Aunque la iniciativa se concentra inicialmente en el verano, la idea es extenderla al resto del año, también cuando la luz escasea, aunque todavía no se ha concretado un plan.
Detrás del proyecto se esconde asimismo la idea de una vida con menos estrés y de ser “más impulsivos”: los vecinos han creado por ejemplo grupos en la red social Facebook donde organizan actividades de madrugada aprovechando la luz ininterrumpida del verano ártico.
“Tenemos una energía única, somos tan afortunados”, afirma Hveding, cuya iniciativa ha recibido muchas muestras de apoyo en las redes sociales de otras zonas del Ártico.
El plan para “abolir” el tiempo se expresa de forma simbólica con un gesto inspirado por un viaje reciente de Hveding a Praga y a Cracovia (Polonia), donde, como en otras ciudades europeas, se ha extendido la moda de colgar candados en los puentes.
Los vecinos de Sommar colgaron sus relojes en el puente que une la isla al continente y sugieren a los turistas que hagan lo mismo. “Esperamos que venga más gente a visitarnos pero bajo nuestras premisas, que vengan a usar la zona, no solo a consumir“, afirma.