El patio norte del Centro Cultural Metropolitano alberga 43 fotografías de la última muestra de Nicolás Kingman Peñaherrera. ‘Los Hijos de las Cascadas Sagradas’, nombre que el artista dio a la exposición, cuenta la historia de la comunidad Shuar, su forma de vida, la naturaleza que les rodea y la importancia que ella representa para su cultura y convivencia.
Así, la muestra se divide en seis paneles en los que se colgaron las fotos, cada una con una explicación. A los costados, en láminas blancas, citas y argumentaciones de los miembros de la comunidad acompañan las gráficas.
No se ubican por secciones, simplemente en los paneles se mezclan los retratos de la comunidad y los paisajes selváticos.Kingman vive en Macas actualmente. Su propósito es mostrar la pérdida de naturaleza que sufre el planeta a causa del desarrollo y la relevancia de conservarla, pues en ella se pueden encontrar medicinas, poder y vida. Y, además, llevar un pedazo de esa realidad para tocar el corazón de la gente.
Eso es lo que precisamente se detalla al pie de una de sus fotografías. El bosque de la Amazonía, árboles grandes y frondosos, en donde Luis Kuja, miembro de la comunidad, explica que los ancestros Shuar obtenían medicinas naturales y además el poder de curarse sin químicos.
Aunque en la misma foto, Kuja añade que esa tradición se está perdiendo con la tala de árboles. La crueldad de esa realidad es sentida por Ana Lucía Gonzaga, una espectadora que asistió ayer, a las 11:00, al Centro Cultural. Para ella las fotografías de la exposición acercan a una realidad desconocida por la mayoría de citadinos, quienes, en ocasiones “ni se imaginan que un paraíso como ese existe de verdad”.
Allí, las personas son libres, los niños juegan y se ensucian en medio de la selva cubiertos por montañas en las cuales se abren paso las cascadas. En ellas se bañan junto a los dioses que están presentes en cada uno de los días, pues en ellos se encomiendan siempre para toda actividad.
Trabajan, pero en las fotos se aprecia que lo hacen por tener en qué ocupar el tiempo porque, según la explicación, para ellos las necesidades básicas como agua, luz y carreteras no son necesarias.
Al ver las fotos, Eduardo Zambrano estaba asombrado con la forma de vida Shuar Arutam. La pesca, la forma de cocinar y alimentarse es para este trabajador público de 41 años, tan diferente a la de la cultura mestiza.
El baño es uno de los rituales más importantes para esa comunidad. De acuerdo con lo que reza el pie de esa foto un baño bien llevado recarga al ser humano de energías. Es ideal para ellos que la gente tome en cuenta que debe realizarse en el día y con la luz del sol. Solo así estarán presentes los dioses y el río no estará cansado.