Cada 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía para rendir homenaje a una expresión literaria tan amplia y diversa, cuyos versos no son ajenos a la realidad que nos ocupa día a día. Es así que algunas de las más grandes batallas de la humanidad también se pelean desde el campo de la literatura como trinchera.
Este 2022, el Día Mundial de la Poesía coincide con uno de los momentos más complejos en lo que va del siglo XXI. Mientras la humanidad aún batalla contra la amenaza de la pandemia, una nueva guerra se expande tan rápido como un virus sobre territorio europeo, sumándose a otros tantos conflictos bélicos alrededor del planeta.
En esta coyuntura resurgen las voces de muchos poetas que han disparado sus versos como represalia ante el horror de la guerra.
Los versos de un país en guerra
Mientras Rusia bombardeaba Ucrania, Halyna Kruk se atrincheró en la poesía para escribir ‘No a la guerra’. El texto se libera como una denuncia contra la pasividad de ciertos sectores ante el uso de las armas y la muerte.
Nacida en Leopolis, Ucrania, Kruk es poeta, traductora y profesora de literatura medieval en la Universidad Estatal de Lviv. Con cinco libros de poesía y dos novelas, ha sido reconocida como un referente en la poesía ucraniana.
Estás parado con un cartel de “No a la guerra” como si estuvieras complaciendo
lo inevitable: esta guerra no se puede detener,
como la sangre arterial brillante de una herida abierta
fluye hasta que mata…
Cuando Odessa aún pertenecía a la Unión Soviética, el poeta Boris Khersonsky formó parte de un movimiento que difundió clandestinamente literatura inconformista. Tras la independencia de Ucrania, el galardonado poeta publicó 17 colecciones de poesía y ensayos en ruso y luego en ucraniano.
Crítico de la presencia cultural y militar de Rusia en Ucrania, en 2014 presagia un oscuro futuro entre los versos de los poemas que escribe después de las protestas de Maidan, durante la guerra contra los separatistas en el Donbass.
Han venido los demonios y dicen “somos ángeles”.
Han venido los secuaces y dicen “somos hermanos”.
Dicen “venimos de la luz”,
pero en verdad vienen de la oscuridad.
¿De verdad le creíste, mi país?
En 2014, Iya Kiva salió de su natal Donetsk huyendo de la guerra en el Donbass. La poeta, traductora y periodista se instaló en Kiev, pero la sombra de guerra y la desesperanza volvió a alcanzarla el 23 de febrero de este año.
Ese día, el sonido de las bombas interrumpió su vida. “Acabo de escuchar tres explosiones”, escribió en redes sociales la escritora ucraniana. Con dos libros de poesía y su firma en al menos seis antologías, Kiva atiza las cenizas de la historia para ilustrar los conflictos del presente.
Este ataúd es para ti, niño, no tengas miedo, acuéstate,
Una bala llamada vida apretada en tu puño,
No creíamos en la muerte, mira, las cruces son papel de aluminio.
¿Oyes, todos los campanarios se arrancaron la lengua?
Un arte necesario en tiempos turbulentos
Durante la primera y segunda guerras mundiales, durante el franquismo, el estalinismo, así como en los totalitarismos instalados en América Latina a pulso de balas y muerte, la poesía ha sido un símbolo de esperanza y resistencia.
Antonio Machado, Pablo Neruda, André Malraux, César Vallejo, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Bertolt Brecht, Vicente Aleixandre, Chantal Maillard o Ilya Ehrenburg son algunos de los poetas que a lo largo de la historia se han armado de valor y dignidad para invocar la paz y exponer la guerra ante sus propios horrores.
A inicios de marzo, un centenar de poetas se reunieron en Madrid para recitar versos en contra de la guerra en Ucrania, según recoge Europa Press. En el encuentro han participado voces contemporáneas como Luz Pichel, Rosana Acquaroni o Juan Carlos Mestre. El evento se realizó como una muestra de solidaridad por los afectados en la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Como forma de expresión íntima que permite abrirse a los demás, la poesía enriquece el diálogo que cataliza todo progreso humano y es más necesaria que nunca en tiempos turbulentos”, fue el mensaje que compartió Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, con motivo del Día Mundial de la Poesía 2022.