El teatro y la danza de Ecuador buscan salir de su estancamiento

En la práctica. Sandra Gómez presentó su trabajo en danza contemporánea, uno de los pocos en Cuenca.

Cuenca recibió a teatreros, danzantes e investigadores de Quito, Guayaquil, Manta y Ambato. El primer encuentro Lo Crudo, Cocido y Añejo del Teatro y la Danza en Ecuador propuso realizar un diagnóstico de estas actividades escénicas en el país, reflexionar sobre ellas y delinear las bases de una teoría escénica propia.
La cita se desarrolló el viernes y sábado pasados en las aulas del Programa de Artes Escénicas de la Universidad de Cuenca, institución que junto a la revista El Apuntador organizó el evento.
El foro del primer día versó sobre la danza. Presentaron sus ponencias Jorge Parra (Guayaquil), Mónica García (Manta), Sandra Gómez (Cuenca) y Esteban Donoso (Quito).
Tras recorrer la historia de la danza en las respectivas ciudades, la charla se dirigió hacia la acogida que ha tenido el ballet clásico y cómo este se expandió por la apertura de diversas escuelas, cuya finalidad fue, principalmente, recreacional.
Un caso contrario es el que experimentó la danza contemporánea, cuyo surgimiento y desarrollo giró alrededor de pequeñas agrupaciones independientes. Los expositores también evidenciaron la desorganización en el ámbito de la formación y cómo algunos elencos, que si bien han alcanzado perfección técnica, carecen de objetivos claros en sus propuestas.
Asimismo, se abordó el valor de las danzas nacionales en la actualidad. Tanto por el desconocimiento de la tradición, como por su uso en la iniciación hacia las escuelas contemporáneas.
Por la noche, en el auditorio del Museo Municipal de Arte Moderno, los participantes del encuentro y algunos intelectuales cuencanos rindieron homenaje a Atala Jaramillo, fallecida recientemente. Ella, a través de las charadas (juegos escénicos de improvisación y adivinanza, presentados en los cincuenta) se convirtió en pionera del teatro en Cuenca.
Las palabras del escritor Jorge Dávila Vásquez y un monólogo interpretado por la actriz Juana Estrella evocaron la personalidad vital y alegre de la homenajeada, ex pareja del poeta Efraín Jara Idrovo.
La jornada del sábado se dedicó al teatro. Santiago Villacís (Quito), Clara López (Guayaquil), Paúl Sanmartín (Cuenca) y Tanya Benítez (Ambato) expresaron sus puntos de vista y el contexto en el que se desarrolla la actividad teatral.
Los teatreros abordaron esta agenda: la ausencia de nuevas maneras de representación, la formación de creadores y de públicos y la búsqueda de lenguajes. También se habló sobre la función y el impacto del teatro como un factor social y político.
Aunque el eje del encuentro era más bien académico, el debate se desvió hacia el reclamo de políticas culturales: se tocaron la formación, la falta de espacios, la profesionalización de los artistas y los mecanismos de producción. Estos asuntos evidenciaron divisiones dentro del gremio.
Sin embargo, hubo puntos que abrieron el camino hacia la construcción de una teoría propia, que englobe las líneas estéticas y las propuestas temáticas de las artes escénicas en Ecuador.
En esa línea se habló de las metodologías del trabajo de grupo y sobre las técnicas y las escuelas en uso para la creación de obras. También se habló sobre la presencia de temáticas urbanas, en dos casos referentes: Malayerba, en Quito, y El Juglar, en Guayaquil. Estas agrupaciones lograron definir un lenguaje propio, mientras que otras se hallan en permanente transición y no logran definir un estilo.
Un aspecto que sí se puso de manifiesto fue la falta de comunicación e intercambio entre los creadores del país. Esto se ligó a la organización de los festivales y los verdaderos resultados alcanzados por estos en la generación de conocimiento y en la difusión de las artes escénicas entre los públicos.
Los críticos e investigadores de la revista de artes escénicas El Apuntador, Genoveva Mora, Santiago Rivadeneira y León Sierra, moderaron las mesas y aportaron en la generación de las reflexiones.
La participación activa de los estudiantes, durante las dos jornadas en Cuenca, rescató la importancia de estos espacios de discusión y reflexión. La próxima semana, con miras a la celebración del Día Internacional del Teatro (27 de marzo) se han programado otras citas académicas (ver puntuales).