Nadie estaba exento de culpa. Hasta el público era sospechoso. Sobre todo el público. Encerrados, nerviosamente arrinconados, los espectadores no podían abandonar la pequeña sala hasta que se aclaren los crímenes cometidos.
Al público se lo acomodó en mesas circulares, para obligarlo a formar parte de la obra. Los asistentes tenían un papel: eran los accionistas de Sun Power, una prestigiosa empresa de tecnología solar. En realidad no habían acudido a presenciar una pieza teatral. Habían asistido a una junta para elegir al nuevo gerente.
Pero antes de escogerlo, debían resolver algunas incógnitas. ¿Quién asesinó a Francisco Toledo de la Barca, antiguo gerente de la empresa? ¿Quién pretendió hacer lo mismo con su hija, Sara Toledo, heredera del 51% de las acciones de Sun Power y de una fortuna valorada en USD 15 millones.
Fue algo así como jugar ‘Clue’, pero con personajes de carne y hueso.
La directora de esta pieza teatral, llamada ‘Asesinando a Sara’, es la guayaquileña Montserrat Serra. El autor original es el estadounidense David Moberg. Serra adquirió los derechos para reproducirla en Ecuador. La producción estuvo a cargo de Camerino Uno, integrado por Luciana Grassi y Carlos Idrovo.
La historia está envuelta bajo el estilo teatral conocido como “murder mysteries” (asesinatos misteriosos): obras de teatro en las que el público interacciona y en las que siempre ocurre un crimen. Los espectadores, tras una meticulosa observación, son los encargados de descubrir al asesino.
Según Serra, ‘Asesinando a Sara’ se presta para la improvisación actoral. “Los movimientos de los actores no se fijaron. Fueron libres de ir de un lado a otro, de hablar con el público”.
La obra se presentó la noche de ayer en la Sala Experimental del Teatro Centro de Arte de Guayaquil. No hubo butacas convencionales. Se dispuso 30 mesas, cada una con 10 sillas, para que se acomoden los supuestos accionistas (espectadores). Ocho meseros atendieron con piqueos y bebidas de todo tipo.
El escenario se ajustó a los parámetros que requieren las obras bajo este formato. “Siempre tienen que ser tipo café-concert”, añade Serra.
El elenco lo conformaron diez actores, que actuaron en calidad de altos funcionarios de la empresa Sun Power, entre esos, Giovanna Andrade, Antonio
Aguirre, Santiago Carpio, Irene Coello, Juan José Jaramillo y Magdalena Banda.