La sombra de un árbol sin hojas se proyecta sobre la habitación de Sola y un Secreto cuelga de dos paredes a la vez: la de la galería Cienfuegos, en La Floresta, y la de la habitación que Mitra Jashni ha representado en uno de sus cuadros.
La naturaleza del amor es la primera exposición individual de esta artista iraní, cuya religión (la Fe Bahá’í) concibe la unidad espiritual de toda la humanidad. Para Mitra, esta oportunidad de mostrar su trabajo es un paso más hacia su propia liberación. “Las personas alrededor del mundo tenemos el mismo lenguaje: el amor”. Así, Mitra explica el motivo de su muestra. No se trata de amor simple o una relación sensual, sino de “un amor que vive dentro de todos nosotros, y que ningún velo puede cohibir ni apagar”.
En su país, la mujer es víctima de represiones y limitaciones. Para la artista, “a pesar de que el Gobierno puede arrestar gente, tratar de que las mujeres dejen de trabajar o hablar acerca de los derechos humanos, no pueden quitarles su alma, y mientras la tengan, conservarán su libertad”.
Ese mensaje quiere dar su cuadro Libertad: una cabeza asentada sobre una silla en la que “no existen características específicas que hagan notar que es una mujer; pues el ser mujer, en mi país, significa que debes perder muchas cosas”, dice la artista. Jashni gusta de la poesía, escribe y canta acompañada del daf, un tambor persa. Le gusta mucho el trabajo del pintor ecuatoriano Jaime Zapata y nombra como referente de su país a Shirin Neshat, artista visual que reside en Nueva York.