El misterio del tesoro inca perdido en los Llanganates ha cautivado la imaginación de generaciones. Esta leyenda, que se remonta a la época de la conquista española, narra la historia de un vasto tesoro escondido por el general incaico Rumiñahui. A lo largo de los siglos, aventureros y exploradores han intentado desentrañar este enigma, pero el tesoro sigue siendo un mito sin resolver.
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Breve historia del tesoro de los Llanganates
La leyenda del tesoro inca de los Llanganates se origina en el contexto de la captura del inca Atahualpa por Francisco Pizarro en 1532. En un intento desesperado por recuperar su libertad, Atahualpa ofreció un rescate en oro que ascendía a toneladas. El general Rumiñahui, encargado de reunir el oro, se enteró de la ejecución de Atahualpa y decidió ocultar el tesoro en las montañas Llanganates. Se dice que lanzó el oro a un lago para protegerlo de los conquistadores, y aunque fue capturado y torturado, nunca reveló su ubicación, según recoge la página Lugares Turísticos Perú.
José Chanatasig, investigador de la cultura indígena ecuatoriana, señala que Rumiñahui, originario de la zona, además de esconder el tesoro, llevó los restos de Atahualpa a Mallki Machay, cerca del Quilotoa, en el cantón Sigchos. También menciona que Rumiñahui pudo haber sido asistido por los guerreros de Píllaro, tan valientes como su líder, quienes habrían inspirado a los Diablos de Píllaro y a la festividad de la Diablada Pillareña. Se dice que en los ríos cercanos a los Llanganates hay restos de oro, pero su hallazgo resulta difícil debido al clima impredecible de la zona.
Libros y teorías sobre su ubicación
Foto: Richard Jiménez.Numerosos investigadores han intentado localizar el tesoro a lo largo de los años. Una de las expediciones más notables fue la realizada entre 1933 y 1934 por Luciano Andrade Marín, un científico ecuatoriano, junto con el italiano Tullio Boschetti. Esta expedición documentó la flora y fauna del área y dejó constancia de su búsqueda del tesoro en el libro ‘Viaje a las misteriosas montañas de los Llanganati’. Este texto es una fuente valiosa para comprender la historia y el misterio que rodea a los Llanganates, siendo incluso publicado por el Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural (Fonsal).
La historia ganó notoriedad en el mundo angloparlante cuando el botánico Richard Spruce encontró el Derrotero de Valverde (posible ruta al lugar del tesoro) junto a un mapa elaborado por un ecuatoriano en representación de Don Atanasio Guzmán. Estos hallazgos fueron publicados en el ‘Journal de la Royal Geographical Society’ en 1860, según se recoge en la web Von24.
Foto: Cortesía Kjell Edwall.Otras expediciones destacadas han sido las realizadas por el investigador y aventurero sueco Kjell Edwall, quien desde joven estudió la cultura inca. Edwall llevó a cabo seis expediciones a los Llanganates entre 1986 y 1998. El éxito de estas exploraciones también se plasmó en un libro e incluso en un documental, transmitido en la televisión sueca y visto por 850 mil personas, según relató Edwall a este diario. Además, el investigador ha realizado estudios en Santa Elena en busca de galeones españoles que, posiblemente, estén llenos de tesoros, de forma similar a lo ocurrido con el galeón San José en Colombia.
Cómo esta leyenda influye en Ecuador
La leyenda del tesoro inca ha permeado profundamente la cultura ecuatoriana. La búsqueda del tesoro ha inspirado no solo a aventureros, sino también a artistas, escritores y cineastas.
El Parque Nacional Llanganates, donde se cree que está escondido el tesoro, es ahora un lugar protegido que atrae a turistas interesados en su belleza natural y su rica historia. La conexión entre el patrimonio cultural inca y la identidad ecuatoriana es evidente en las festividades locales y en las narrativas populares que continúan transmitiéndose
Reflexión sobre el impacto de este misterio
El misterio del tesoro inca Llanganates no solo es una historia fascinante; también refleja las complejidades de la historia ecuatoriana. La búsqueda del oro perdido simboliza la lucha por preservar la herencia cultural frente a las adversidades históricas. Aunque muchos han fracasado en su búsqueda, el legado del tesoro continúa vivo en la memoria colectiva.
El historiador Héctor López sostiene que el famoso tesoro de Atahualpa es más una leyenda que una realidad. Esto se debe a que no hay evidencia concreta de su existencia. Explica que lo realmente oculto por Rumiñahui fue la panaka imperial de Atahualpa. Su familia y descendientes fueron resguardados en tierras de Yumbos, al noroccidente de Pichincha. López señala que los españoles, desde su perspectiva europea, imaginaron un gran tesoro material, cuando en realidad se trataba de proteger la línea dinástica del Inca. Finalmente, destaca que estas leyendas, aunque carecen de respaldo histórico, son importantes para la identidad cultural del país.
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