El manuscrito de 99 páginas con las clases impartidas por el padre Francisco Javier de Aguilar, profesor de filosofía y teología en la Universidad San Gregorio, es uno de los 125 volúmenes de la Biblioteca General de la Universidad Central del Ecuador que fueron restaurados durante el último año, por la Fundación Conservartecuador.
Dos de estos volúmenes son libros incunables fechados en 1485 y en 1497, respectivamente. El primero es ‘Supplementum chronicarum’, un volumen en latín, completo y relativamente bien conservado, publicado en Brescia (Lombardía, Italia), de autoría del padre agustino Giacomo Filippo Foresti da Bergamo. El segundo volumen es una copia de las ‘Crónicas de Núremberg’. La particularidad de estos libros es que en los dos figuran las impresiones del sello personal de fray Jodoco Ricke.
Ramiro Endara Martínez, restaurador responsable y director del proyecto, explica que lo más probable es que uno de estos libros haya sido parte de los procesos de aprendizaje de este personaje, sin embargo, aclara que hacen falta más estudios para determinar si esta hipótesis es correcta.
El resto de libros restaurados corresponde a un periodo que va del siglo XV al XIX. Entre ellos hay numerosos volúmenes que pertenecieron a la colección personal de Eugenio Espejo. Todos están firmados con su puño y letra; incluso uno de ellos -de gramática griega, redactada en latín- contiene 11 páginas manuscritas suyas. El volumen salió defectuoso de la imprenta: le faltó el último cuadernillo, y Espejo lo copió a mano, en unas hojas finales añadidas.
Asimismo, se restauraron volúmenes emblemáticos de colecciones, como ‘Memoria del Mundo-Von Humboldt’; ‘Fondo Jesuita’; ‘Obispo Calama’, ‘César Andrés Casares’, ‘Recolección de La Merced’, ‘Pintado Verde’ y ‘Javier’.
Endara explica que el trabajo de restauración de estos libros se centró principalmente en el control de la humedad, así como en la limpieza, la estabilización de los volúmenes y la reintegración de las zonas perdidas. En muchos casos, los daños constituían una alteración severa, con pérdida importante de la materia y del texto en todo el volumen. “Hemos restaurado algunos de los volúmenes más importantes e interesantes que atesora nuestra patria, en un arco temporal que enlaza más de quinientos años”, agrega.
El filólogo español José María Sanz, que fue parte del equipo que trabajó en este proyecto, sostiene que la restauración de estos libros es solo el inicio de un trabajo de salvaguarda del patrimonio bibliográfico, que es necesario implementar en los acervos del país.
La Biblioteca General de la UCE, por ejemplo, cuenta con un patrimonio bibliográfico de 25 000 bienes documentales, que van desde 1485 (fecha de publicación del más antiguo) hasta 1960, en diferentes idiomas además del español, como griego, latín, francés, alemán, italiano, árabe y hebreo.
El proyecto, que fue avalado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), obtuvo un fondo de la fundación alemana Gerda Henkel Stiftung, una organización establecida en 1976, por Lisa Maskell, que cuenta con el programa Patrimonies (patrimonio), dedicado a la asistencia presupuestaria para la preservación del patrimonio cultural.