En el año 2000 la artista alemana Karo Mast, que entonces tenía 22 años, tomó una cámara pequeña de fotos, su libreta de apuntes y viajó a Francia. Allí empezó un periplo por distintos países. Su recorrido, que ya lleva 11 años, es el pilar de la incesante búsqueda de identidades que es la que sostiene su obra plástica.En Francia, la artista empezó a ampliar su repertorio gráfico al ir recogiendo varias miradas sobre la realidad. Así empezó a relacionarse con la realidad de las personas que viven en el campo, y están involucradas en la producción de trigo, de lácteos o de vinos; todas estas son actividades que resultan en una manera particular de vivir; muy distinta a la cual la joven Karo estaba acostumbrada en su natal Alemania.
Mast creció en un ambiente en el cual se transpiraba arte, por los oficios de sus hermanos (uno es escultor y el otro fotógrafo); ella se recuerda embadurnada de arcilla y metiendo mano en la cámara de su hermano. Con el paso de los años, Karo estudió Bellas Artes en la Universidad Alanus-After de Alemania y también en la Escuela Nacional de Artes de Dakar.
Al concluir su carrera, sentía que, sin embargo, le seguía faltando algo. Por eso emprendió un sinnúmero de viajes -que continúan- todo con el fin de descubrir qué es lo que existe en otros países, para luego comunicarlo a través de su pintura.
En el 2007, vino por primera vez al Ecuador y hace un mes arribó a Cuenca para realizar la exposiciónSopa/Proyecto Iguana; esta muestra estará abierta hasta el 4 de febrero en la Casa de Las Posadas, en el Centro Histórico de Cuenca.
A través de serigrafías, fotos y una instalación, la artista comparte, por ejemplo, cómo en su país las iguanas son tenidas como mascotas, e inmediatamente hace comparaciones que terminan en una reflexión. A través de un video de 15 minutos, también muestra el proceso de preparación de una sopa de este animal, y con ello plantea si el ser humano debe comer carne solo de los animales criados con fines alimenticios o además de animales de este tipo.
Es un tema especial para ella, pues cuenta que su mascota iguana, que se llama Dragao, le sirvió de inspiración para hacer esta exposición.
En el video también destaca a través de primeros planos la gama de colores verde y café del reptil, que sacado de contexto más parece un cuadro abstracto.
En esta muestra, Mast relata a través de fotografías y de una pecera llena de canguil cómo en un área pobre de Berlín utilizan esta variedad del maíz como única posibilidad para saciar el hambre; mientras que en Bonn (Alemania) se consume en el cine o en eventos de distracción. La artista siempre dota de sentido al objeto o el lugar según el contexto que lo circunda.
Esta exposición busca reflejar lo que ella encuentra, e interpreta, al mezclarse con la gente que conoce en sus viajes. Esta alemana está profundamente interesada en conocer la cultura, costumbres e identidad de cada país, para plasmarlas en sus lienzos o captarlas con su cámara y así difundir esta riqueza.
De Ecuador, Mast ha visitado Ingapirca, el Parque Nacional Cajas, la Amazonía, la Costa… y en todos esos lugares con su cámara registró paisajes. Pero no solo la naturaleza ha captado su atención, Mast dice que lo que más le ha gustado en este viaje es la calidez de la gente, por ello aceptó un intercambio para ser profesora de dibujo y pintura en la Universidad del Azuay durante nueve meses.
Los países de su periplo
Otros países de Sudamérica que Karo Mast ha visitado son Perú, Bolivia, Brasil y Argentina. Territorios en los que admira el paisaje andino. También visitó la India, país donde se acercó al ámbito más espiritual. En África compartió con poblaciones pobres; de este viaje nació la exposición Jokko (Alianza).
Asimismo viajó a la República Checa, Moscú, Italia, Suiza, Polonia, entre otros. Ha llegado a territorios marginales que muchas veces están invisibilizados, por ello Mast dice que a su retorno a Alemania continuará trabajando con las imágenes fotográficas que registra desde hace 11 años, cuando inició su viaje.
En sus cuadros, la artista se conecta con el estilo de vida, rescatando tanto lo exótico y peculiar como lo cotidiano y familiar; así procura leer su propia herencia cultural desde los otros.