La Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, Arco, inaugurada la semana pasada, siempre se jactó de constituir un puente entre Latinoamérica y Europa; un estatus que se tambalea ante la caída de la presencia del continente en la feria, que se ha intentado salvar con un programa comisariado, Solo Projects: Focus Latinoamérica.
De las 42 galerías que participaron en Arco el 2008, la presencia cayó a13 el 2009 y 14 el 2010. Este año, son 11. En esta edición se ha apostado por el arte emergente latinoamericano, para hacer visibles las propuestas de artistas cuya obra “tiene menos exposición en el mercado”, explica una de las curadoras del proyecto, Julieta González, comisaria asociada de arte latinoamericano de la Tate Gallery.
Uno de ellos es el mexicano Moris, que presenta un proyecto sobre la violencia del narcotráfico en ‘Estás vivo porque no te maté’, obra compuesta por 15 serigrafías de artículos de periódico que dejan al descubierto solo los nombres de las bandas de narcotraficantes. Otro es el argentino Sergio Vega, con ‘Xavantes-Machines-Green’, una serie fotografías que replican lo que fue su búsqueda del paraíso. “La fauna y la flora de Mato Grosso chocan también con la realidad de pobreza de la zona”.
La Amazonía brasileña está también presente en la obra del colombiano Felipe Arturo. Brasil es mientras tanto uno de los países latinoamericanos que más ha conservado su presencia en la feria, representado por cuatro espacios, a diferencia de lo que ocurre con Cuba, una de las ausentes a nivel de galerías. Sin embargo, artistas cubanos presentan su propuesta.