Son ocho ensayos con los que Michael Handelsman plantea otras lecturas de la literatura ecuatoriana. Su libro ‘Género, raza y nación en la literatura ecuatoriana: hacia una lectura decolonial’ habla de la necesidad de una descolonización.
Para Handelsman, docente de la Universidad Andina Simón Bolívar en el programa de doctorado de Estudios Culturales Latinoamericanos y de doctorado en Literatura Latinoamericano, es importante un análisis en el cual se pueda integrar una visión descolonizadora de textos de autores que han sido partícipes conscientes de transformaciones sociales de sus épocas y que utilizaron la literatura como una plataforma de cuestionamiento y denuncia.
Esta lectura se aplica a los textos de autores como Alfredo Pareja Diezcanseco, Pablo Palacios, Alicia Yánez Cossío, Eugenia Viteri, Jorge Velasco Mackenzie, Antonio Preciado y Nelson Estupiñán.
“Sus obras, aunque son un reflejo de la visión contestataria de mujeres, indios, mestizos y afros, al ser también reflejos de historias coloniales presentan limitaciones”, explica Handelsman.
Esta visión limitada colonialmente es la que Handelsman quiere cambiar con su relectura. Dejar de lado el esencialismo y la categorización de los pueblos representados en las novelas. Si bien Nelson Estupiñán fue un importante pensador de las comunidades afroecuatorianas, “no debe ser considerado el vocero de todos los afro descendientes”, dice el estudioso estadounidense.
Es importante también entender la realidad expresada en la literatura, fuera de imaginarios manipulados y de construcciones incompletas.
Un claro ejemplo es la novela ‘Baldomera’ de Alfredo Pareja Diezcanseco, este personaje es la representación de la mujer mulata, diferente, iconoclasta. Sin embargo hay momentos en los que se convierte en una especie de vocero de valores patriarcales, ella articula los valores de la familia tradicional. Este personaje defiende la visión de Pareja Diezcanseco a pesar de su representación que denuncia las injusticias de su época.
Handelsman explica que estas lecturas deben ser cuidadosas pues algunas interpretaciones posteriores pueden contener fisuras o limitaciones que no permiten que el proceso de descolonización avance. Entonces el papel de los lectores, es fundamental en la relectura, el análisis y el diálogo para que este concepto deje de ser, exclusivamente, un proceso de intelectuales.
Para Handelsman, leer la literatura desde el mundo local es importante pues la globalización de la literatura puede “resultar peligrosa y conducirnos hasta una visión homogenizadora de las culturas. Sin embargo, tratar la literatura desde el territorio nos lleva a entender el punto de referencia que permitirá funcionar en un mundo múltiple y simultáneo”.