La canción flamenca, Qué no daría yo, marcó la pauta de inicio y desenlace de la obra que presentó la Compañía Contratiempo Tr3s de Argentina, el sábado pasado en el Teatro Variedades de la capital.
En ‘Lo que deja el viento’ se transmitió la importancia de la memoria, la migración y el pasado, para forjar la identidad.
Esta danza teatro constituye la tercera parte de una obra creada por Gabriel Arango, también director y coreógrafo. Después de ‘Un umbral de flamenco’ y ‘Dos puertos’ surge esta pieza que mezcla el flamenco y el tango en un mismo escenario.
“Pienso que a veces uno tiene una memoria muy frágil, y se olvida de quién es y de dónde proviene”, comenta Arango sobre la razón de su obra. “Es esa angustia del inmigrante que se va en un barco solo, con una maleta”.
El ritmo del zapateado flamenco, que presentan A rango, Carolina Catalán y Gustavo Friedenberg, se conjuga con un sutil sonido de viento, acordes de guitarras y voces que recuerdan entre otras frases que “el olvido es una derrota e incluso un epitafio”.
El tango entra en escena a través del baile entre Catalán y Arango. Retomando la sensualidad y la pasión que caracteriza a este tradicional género argentino, que manifiesta la relación de pareja.
El compás andaluz retoma su posesión de las tablas, a través de una demostración de los tres bailaores, que con movimientos estilizados expresaron la belleza y técnica del flamenco.
“Lo que apelo es que cada uno realice la lectura que quiera de la obra. El construir un recuerdo y traerlo al presente, que signifique algo para quien mire ‘Lo que deja el viento’, concluye Arango.
Para Tamia Guayasamín, coordinadora de la Fundación Arig, coproductora de la obra, junto con el Teatro Sucre y Tr3s, “esta es una propuesta escénica que tiene un nuevo lenguaje, que no se queda en el baile tradicional español; sino que maneja un relato e incluye otra identidad con el tango”.
La gira por Ecuador finalizará el 11 de diciembre, en el Centro Cultural Sarao, en Guayaquil.