El movimiento en teatros, parques y plazas es inusual en Cuenca desde el miércoles pasado. En esos espacios se desarrolla la quinta edición del Festival Internacional Escenarios del Mundo, que finalizará el 8 de octubre.
Un total de 25 grupos de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, España, Ecuador, Perú, Uruguay y Venezuela participan de este encuentro de teatro, títeres, danza y música. Según el director del Festival, Juan Andrade, este evento busca mostrar las diferentes tendencias del teatro mundial.
Por ello hay obras de comedia y drama, que tratan sobre temas políticos, sociales y contemporáneos. Otro objetivo es que los estudiantes, actores y gestores culturales accedan a compañías internacionales para intercambiar experiencias, que les sean útiles para su ejercicio profesional.
La compañía de Teatro Nacional San Martín (Venezuela) participa en este encuentro. Para su integrante, Gustavo Ott, el arte no es un mero entretenimiento sino un medio para discutir temas como política y problemas sociales.
Ott, quien también es periodista, dice que el teatro se convierte en un medio de comunicación alternativo, porque es el pulso de lo que pasa y la gente no puede ver.
El Teatro Nacional San Martín presentó ayer su obra Passport, que está vinculada a la migración. Ese desplazamiento no permite, muchas veces, que las personas se comuniquen con sus seres queridos, y les cambia la personalidad; ese es el mensaje fundamental.
El objetivo del grupo argentino Tangolpeando es mostrar su trabajo, romper fronteras y conocer el arte de otros países. Hugo Gorosso, Gonzalo Mazar, Miguel Mendonça, Gonzalo Morales y Pablo Zepol integran el elenco. Ellos también abordan temas sociales y políticos como la crisis económica que vivió Argentina.
Para Mendonça, el teatro les permite reflejar lo que pasa en Latinoamérica, porque sus países tienen realidades similares. “El arte es la expresión del oprimido”. Ellos presentaron ‘Cacerolas’, en donde se fusiona el video, la música en directo y la actuación.
Su trama trae a colación la protesta que las sociedades realizan ante las crisis económicas y los hechos le afectan profundamente, como pasó con los desaparecidos de Argentina y la protesta de las Madres de la Plaza de Mayo.
Según Gorosso, el teatro no está exento de la problemática social y política, por eso trabajan con estos temas y los difunden en Latinoamérica.
Ambos temas también fueron abordados por el grupo Alba Sarraute & Cia con su obra ‘Mirando a Yucali’, que cuestiona la vida condicionada al miedo al fracaso y la pérdida de la libertad.
Los grupos ecuatorianos Teatro del Cielo y la Fundación Titerefué también se relacionaron con esa temática. La primera compañía presentará este jueves ‘Bruma’. En ella, aborda los conflictos frente a la burocracia; por su parte, Titerefué mostró el ambiente político y social de Quito del siglo XIX.
El Festival tuvo su espacio para el humor con la compañía Uruguaya La Cuarta, con la obra ‘Gatomaquia’, basada en una historia del español Lope de Vega, que trata la relación de dos gatos enfrentados por el amor de una gata.
Según el actor cuencano Felipe Serrano, quien lleva 43 años en el teatro y los títeres, el Festival es una ventana para los actores y artistas porque es un espacio para aprender y tener una idea de lo que ocurre en otros países.
Este tipo de espacios permite que los ciudadanos aprendan y valoren las artes escénicas. Sin embargo, dice que habría más presencia de grupos extranjeros si las entidades públicas y privadas apoyarían al arte.
La inversión y costos
El Festival cuesta USD 120 000 y tiene el apoyo de la Embajada de España, Ministerio de Cultura, Municipio de Cuenca y la organización Iberescena.
Las cuatro funciones valen USD 12, una obra 6. Para los alumnos de colegios fiscales es gratis y para los particulares, USD 1.
Hoy a las 11:30, el grupo ecuatoriano Titerefué presenta su a obra ‘La Brava’, en el Teatro Sucre de Cuenca. Mañana, a las 11:30, actuará el grupo colombiano El Anhelo del Salmón con la obra ‘Esperando a Godoy’, en el Teatro Casa de la Cultura de Cuenca.