Imposible negar que cuando uno se apunta en un concurso periodístico, el ego llega primero que uno a la inscripción’ Pero también es satisfactorio cuando personas que saben muchísimo más que uno escogen nuestro trabajo y lo premian’ Nos hace sentir que estamos en el camino correcto.
Gané el Premio (Jorge) Mantilla con mi primer reportaje. Aunque me habían contratado en Vistazo para hacer artículos más bien ‘lights’, Patricia de Burbano, me permitió hacer una investigación bastante riesgosa que pretendía demostrar cuán fácil era comprar drogas en Guayaquil.
Durante tres meses, cuando me desocupaba de mis asignaciones normales, me dedicaba a reportear el tema de las drogas. Mi teoría se probó, pues pudimos comprar drogas en los lugares más insospechados como un PAI a 20 metros de la Gobernación del Guayas.
El artículo circuló sin nombre para protegerme’ Y luego se decidió que participara en el concurso de periodismo Jorge Mantilla Ortega. Pero nunca nos imaginamos que ganaría’
Pasaron varios meses y un día contesté una llamada y me preguntaron algunas cosas sobre los reporteros de Vistazo. Yo pregunté que para qué y me contestaron que era sobre el Premio Mantilla. Ingenuamente pregunté ¿y quién ganó? y la persona me dijo: usted. Solté el teléfono y me puse a gritar. Todos mis compañeros corrieron para ver qué me pasaba y saltábamos como locos’
Recuerdo ese momento con un cariño inmenso: todos juntos saltábamos abrazados, era una fiesta’ Luego me di cuenta que había dejado el teléfono descolgado y la persona en el otro lado se reía porque se dio cuenta del alboroto que se armó’
Para Vistazo, el hecho de que yo hubiera ganado el Jorge Mantilla era toda una proeza. Me convertí en una “estrella”. Y la emoción hizo que mi foto y mi historia aparecieran en la página del editorial de la siguiente sección de Vistazo. El resultado: empecé a recibir llamadas amenazadoras de los vendedores de drogas a los que había “delatado”. Tuve un policía cuidándome por muchos días’ Esa fue la parte fea del estrellato.
¿Que si me hizo mejor periodista? Lo que puedo decir al respecto, es que ganar un Premio Mantilla representa un gran peso en este país. A partir de haber ganado este reconocimiento tuve que competir constantemente conmigo misma.
No podía dormirme en los laureles, fue algo que me ayudó a conseguir muchas cosas, pero que también me obligó a superarme a mí misma’ Este premio sí le marca a un periodista, le obliga a ser mejor cada día, con la carga de estrés que esto conlleva’