Talleres de artesanos, almacenes de bordados y textiles, fábricas de hilos y las principales calles de Cuenca fueron recorridos por la artista mexicana Tania Candiani. Su objetivo fue encontrar elementos para montar su obra en la XI edición de la Bienal Internacional de Cuenca, que iniciará el próximo 11 de noviembre.
A Candiani, de 37 años, le gustó e impresionó el sector de San Francisco ubicado en el Centro Histórico de Cuenca. Allí constató cómo los artesanos confeccionan las polleras. Le gustó que en la pretina de estas faldas antiguamente se bordaba contando historias y leyendas de un pueblo. Actualmente, pocos de los artesanos saben bordar leyendas. Es la primera ocasión que esta artista mexicana visita la capital azuaya y no se perdió un detalle del trabajo artesanal. Cuenta que en fotos ya había visto las polleras, pero que al poderlas tocar le resultó impresionante su textura de terciopelo y sus colores fuertes.
En un cuaderno de apuntes Candiani anotó paso a paso el proceso de elaboración de las polleras. Además aprovechó para registrar esta tradición artesanal a través de fotografías.
Además dice que los cuencanos son muy carismáticos y amables, por eso su tarea de saber cómo era la ciudad y recoger testimonios le resultó fácil. El trabajo de Candiani se centra en producir imágenes, objetos, intervenciones o piezas que hablen sobre la percepción de los espacios urbanos, la cultura popular contemporánea, los patrones estéticos y los rituales de distinta índole. Ella explora el estado emocional de las personas o grupos sociales y su contexto, a la vez que propone una investigación sobre materiales y técnicas.
Algo que terminó de enamorarla de Cuenca fue el latón de las edificaciones de la capital azuaya. Entre ellos los de la Casa de la Bienal y Casa del Coco. Tanto que ahora dice que las polleras y los latones podrían ser parte de su obra. Ella plantea que los filos de esta prenda típica de la mujer azuaya puede ser hecha de latón para que tenga ese colorido peculiar.