La Bienal tendrá nuevas visiones

Hernán Pacurucu. Cristóbal Zapata y Katya Cazar

Los cuencanos Katya Cazar, Hernán Pacurucu y Cristóbal Zapata son los curadores que integran uno de los tres núcleos curatoriales de la XI edición de la Bienal Internacional de Cuenca.
El trabajo de Cazar y Pacurucu se destaca por su experiencia en la plástica y la academia, mientras que Zapata es gestor cultural y escritor. Julio Mosquera, decano de Artes de la Universidad de Cuenca, destaca la trayectoria de los tres curadores porque están vinculados con el arte por más de 20 años.
“Antes se confiaba todo el proceso a artistas internacionales y había un desfase porque no conocían la realidad del país”.
Con él coincide el curador brasileño Agnaldo Farías, quien estará a cargo de otro núcleo. “Miradas diversas ayudarán a que el certamen tenga calidad”. El otro núcleo estará a cargo del español Fernando Castro.
La Bienal se iniciará el 11 de noviembre y acabará el 30 de enero del 2012. Según su director, Diego Carrasco, aún no hay una solución definitiva a la figura legal de la Bienal, que es una Fundación y no puede recibir fondos del Estado.
Él dijo que hay un acuerdo con el Ministerio de Cultura para la asignación de USD 330 000. El presupuesto es de 840 000 y que ya cuenta con 480 000.
‘En marzo se darán a conocer las obras’
HERNÁN PACURUCU
Un acierto y cambio rotundo en esta edición es la creación del departamento curatorial. Además hay una línea técnica de especialización que viene bajo la modalidad de un coordinador artístico. En este caso es Carlos Rojas.
Lo interesante es que por primera vez la Bienal de Cuenca tiene un grupo técnico especializado que dedica su tiempo al trabajo teórico y conceptual.
Este departamento tiene la posibilidad de tener una verdadera cartografía del país y de Latinoamérica, y de lo que ocurre para que las tres curadurías escojan cada una a 17 artistas (cuatro ecuatorianos, 10 latinoamericanos y tres del resto del mundo). Cada curador hará su selección bajo los mismos parámetros. El proceso se realiza con invitaciones.
Por ello se espera que esta propuesta, que será más concentrada, tenga más sentido y genere una tesis curatorial con mayor concepto visual y estético para el espectador.
Una razón para que las obras puedan estar en esa edición es que se apeguen a nuestra tesis curatorial. Por ello descartamos que existan obras buenas, malas o que no nos gusten, sino acogeremos a las que estén bajo nuestra tesis, que daremos a conocer en marzo con las obras.
‘Habrá muchas miradas y voces del arte’
Katya Cazar
La próxima Bienal será una edición totalmente renovada porque hay cambios de concepto. La propuesta curatorial es absolutamente novedosa respecto de las anteriores.
Hemos propuesto un texto paraguas, umbral que hace referencia a la temática trazada, llamada Entre Abierto. Esta habla de lo que sucede en los intersticios, donde se negocian las experiencias intersubjetivas y colectivas de nacionalidad, interés comunitario o valor cultural.
Esta tesis es amplia y permite que en los grandes eventos culturales existan espacios como pausas y se generen reflexiones y movimientos en torno al arte contemporáneo.
Ese texto curatorial tendrá tres miradas o tesis a partir de las tres curadurías. Una de ellas es la nacional, de la cual soy parte. La segunda formada por Agnaldo Farías de Brasil y la tercera por el español Fernando Castro. Esto va hacer que la Bienal tenga una propuesta sólida y diversa.
La decisión de las tres curadurías fue un ejercicio colectivo interno. Buscábamos una nueva propuesta y que el mundo contemporáneo se dejara guiar por esta tendencia denominada Entre Abierto, que es trabajar en redes con varias voces y miradas sobre al arte contemporáneo.
‘La calidad de los trabajos es la meta’
Cristóbal Zapata
El concepto curatorial busca presentar una muestra que tenga los mismos lenguajes del arte. Es decir, que invite a reflexionar, a mirar estos procesos con un poco de hibridación, que se le conoce como campo expandido del arte.
La idea es mirar un arte que se desarrolle en términos más experimentales, que acordamos a la luz de algunas obras de artistas ecuatorianos que hemos visto en los últimos meses y años. En ellos vimos con claridad estos procesos de hibridación.
En una Bienal que ha estado consagrada a los géneros dimensionales al menos hasta la séptima edición. Se pensaba de modo ortodoxo y convencional, ahora lo que buscamos es proponer una reflexión. Creemos que es una buena ocasión para mostrar la diversidad de posibilidades formales que el arte contemporáneo tiene.
Se espera que en edición los proyectos sean óptimos, que en todos los terrenos se vea el mayor grado de exigencia, el cuidado casi maniático de los detalles.
Lo interesante es que el espectador va a tener tres expectativas, tres miradas, que están contenidas en un espacio específico y por tanto los recorridos que hagan las personas se prestarán a una menor dispersión.