Los miembros de Corpopuruwa rodean el centro de ceremonias para dar inicio a la cosecha. Foto: Cortesía Cervecería Nacional
Un canto funciona como mantra para la concentración, da fuerza y motivación a las comunidades puruhá para cosechar el trigo y la cebada. En el ritual Jahuay se entona la música en coro. Tanto hombres como mujeres evocan melodías para agradecer a la tierra por los productos que ofrece cada año.
Jahuay viene de un término cañari que quiere decir arriba. Lo que busca es incentivar a los segadores a culminar con ímpetu su trabajo. La influencia cultural Cañari se extendió hasta Chimborazo, en Guamote, donde en enero y agosto comunidades puruhá realizan el ritual de la cebada.
Para los miembros de la organización Corpopuruwa (Corporación de Productores de Leguminosas y Granos Andinos Pueblo Puruhá) mantener viva la tradición ha sido imprescindible porque ayuda a que permanezcan sus valores culturales. “Es un ritual sagrado para agradecer a la Pachamama pero también porque como taitas y mamas no queremos que el campo quede vacío”, dice Julio Bravo Daquilema, coordinador de proyectos de la corporación.
Para él, en este ritual también se busca que las nuevas generaciones se apeguen al trabajo en el campo. “Si todos migran a las ciudades no habrá comida”. Por ello, buscan devolverle la importancia del valor de la tierra a través del rito.
El ritual Jahuay inicia con una ceremonia en la cual se pide por los cultivos que están por venir y los que se cosecharán en ese día. Le sigue un proceso de purificación. En el suelo se colocan piedras, frutas y flores. La disposición de los mismos se hace como tributo a la tierra y al sol. Una fogata -dice Bravo- ayuda a limpiar de malos hábitos a quienes participen de la cosecha. Enseguida empieza la segada.
En Cañar, la ceremonia puede durar varios días hasta que se termine la cosecha. Para cada comunidad varía la forma del ritual, pero todas agradecen por el cultivo de cebada. “Trabajamos en la producción y soberanía alimentaria para que todos tengamos comida”, dice Bravo.
Juan Andrés Amador, gerente de desarrollo sostenible de Cervecería Nacional, explica que para motivar el cultivo de cebada a nivel nacional trabajan junto a la corporación de Chimborazo y otras asociaciones. “Esta incursión es para promover la cultura y costumbres ancestrales”, además de trabajar en la elaboración de herramientas técnicas para los cultivos .