Sin Big Data y sin Inteligencia Artificial nos resultará imposible capturar, almacenar, procesar, transformar y generar valor en tiempo real. Foto: Ingimage
El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud pasó a considerar al nuevo coronavirus como una pandemia, por el alto número de personas infectadas, la cantidad de países afectados y el nivel de mortalidad. Desde ese momento, las cifras de afectación y el impacto del covid-19 han seguido incrementándose hasta llegar a las cifras actuales, lo cual ha hecho cambiar el mundo.
Todos conocemos la tracción de la digitalización en nuestras vidas; incluso me atrevo a decir que solamente existe una forma de vivir, y es digital. Hoy contamos con dispositivos inteligentes que nos ayudan en nuestro día a día y que podemos llevar con nosotros.
Son capaces no solo de capturar información sino de transformarla con un valor de vuelta y recomendar acciones: estado de salud, histórico de actividad, plataformas que facilitan las relaciones sociales y la comunicación e incluso consejos que, en muchos casos, pueden rozar el límite del intrusismo, pero en muchos otros llegan a entender la necesidad.
En este contexto, sin Big Data y sin Inteligencia Artificial nada sería posible. ¿Por qué? Muy sencillo. Porque sin estas tecnologías sería imposible capturar, almacenar, procesar, transformar y generar valor en tiempo real. Y digo bien en tiempo real, porque la sociedad en general quiere y necesita el “aquí y ahora”.
Después del confinamiento generado por la pandemia, algunos aspectos seguirán igual e incluso mejorarán, pero habrá otros muchos que cambiarán radicalmente…
Muchas tendencias en el marketing, la educación, el trabajo e incluso la economía, que pensábamos que podrían llegar en el medio plazo, se han acelerado exponencialmente. Por ejemplo la manera de encontrar clientes, de definir productos, el ‘delivery’, los cambios en los procesos de negocios de las empresas, la manera de impartir clases, el teletrabajo y, sobre todo, muchos aspectos en la manera de vivir.
Muchas tecnologías se van a acelerar, pero las asociadas con el Big Data y la Inteligencia Artificial crecerán de manera exponencial. ¿En qué nos van a ayudar el Big Data y la Inteligencia Artificial? Para saberlo, debemos analizar los diferentes ámbitos sociales, transformando lo cuantitativo en cualitativo y viendo cómo a través de datos y algoritmos, podemos volver tangible el cambio. Veamos algunos casos.
Economía doméstica
La economía del día a día quizás es la que más se ve afectada por esta nueva realidad. El punto clave y lo que se ha precipitado rotundamente es la digitalización de la economía doméstica. Sobre todo en el ámbito de la adquisición de la canasta diaria de la compra y su entrega.
Hay un concepto que ha llegado para quedarse: la gestión por proximidad. Y, por ende, la idea de que el producto tiene que llegar al cliente, no el cliente encontrar el producto. El Big Data y la Inteligencia Artificial tienen el papel más relevante en la cadena de valor que soporta dicho concepto. ¿Cómo? Con inteligencia y algoritmos que faciliten el análisis geoespacial combinado con venta cruzada y gestión de demanda. No se debe olvidar la relevancia de dotar de inteligencia al apartado de la logística. En muchos casos significa trabajar con proximidad, es decir, que el usuario entienda dónde puede y debe realizar una transacción lo más cercana posible adonde vive o se encuentre en cada momento.
Pero ¿significa esto que dejaremos de ir a nuestras tiendas de ropa preferidas? La respuesta es no, pero tendremos que ir en otras condiciones. Quizás no sea el ‘uno a uno’ al que estábamos acostumbrados, sino que las ‘apps’ de las marcas nos irán indicando dónde se encuentra el artículo que queremos probarnos e incluso dispondrán de algoritmos de recomendación para orientar, en función del histórico de compras o el estado de ánimo. Esto implica una mayor digitalización de los comercios, de los usuarios, de la economía y de la sociedad en general.
Salud
Ahora, más que nunca, será necesario entender y predecir posibles contagios en función de comportamientos basados en la interacción de la población con la tecnología y su ámbito social, porque este tipo de predicciones evitarán un gasto importante en presupuesto de salud y, por supuesto, en posibles muertes.
Una cantidad ingente de información, procesada mediante algoritmos matemáticos y/o de ‘machine learning’, puede dar información en tiempo real sobre índices probables, velocidades y direcciones de propagación del virus. Para ello debemos contar con una digitalización de la sociedad y, por ende, de conexión adecuada, dispositivos sofisticados y plataformas acordes a la necesidad. Adicionalmente, la gestión de demanda y de oferta que se extraiga de esas informaciones será clave para el tiempo de entrega de recursos sanitarios.
Movilidad
Después del covid-19 ya tenemos muy arraigada la palabra aislamiento. Ahora tenemos que pensar en nuevos modelos de negocio que ayuden a minimizar el riesgo manteniendo un nivel de separación razonable. Por ello, algoritmos que analicen los flujos poblacionales, los índices de aglomeraciones e incluso las tasas de permanencia ayudan indudablemente a minimizar dichos riesgos. Y si esto atenta contra la privacidad, pues depende de cómo se articule la captura, el procesamiento y el análisis de dicha información. Pero, al final, se trata de un costo de oportunidad, y ese es un punto para analizar. La implantación de sensores, que está más cerca de las ciudades inteligentes, será clave para llevar acabo la transformación en movilidad.
Procesos empresariales
A mi entender, los procesos empresariales deben sufrir un cambio radical en muchos aspectos y en muchas industrias. Por ahora hay que cambiar el modelo productivo, y hacerlo pasa por generar lo mismo o mayores ingresos con menos costos. Entender esto es esencial, pues afecta de manera transversal a todas las industrias y a todos los sectores. Los procesos que se verán más directamente afectados serán:
Los que ayuden a optimizar los costos de producción. Esto conlleva analizar cómo mejorar la capacidad productiva y para ello los algoritmos de Inteligencia Artificial que optimizan recursos se hacen relevantes…
Algoritmos que tienen que responder a: si tengo un dólar ¿dónde lo debo invertir?, ¿dónde debo poner más recursos dentro de la cadena de valor?, ¿cuál es el momento y por qué el proceso productivo puede fallar?
Los de venta y posventa. Se debe intentar que el producto llegue al cliente y no que el cliente encuentre el producto; para ello hay que recopilar información del mercado, de nuestros competidores. Y los costos de posventa deberán optimizarse al máximo aumentando el nivel de calidad del servicio prestado. En este ámbito, el área de Big Data e Inteligencia Artificial que lo soportará serán los análisis cognitivos y los algoritmos capaces de interpretar, analizar e interaccionar a través del lenguaje humano.
Los de logística, pues dotar de inteligencia a la entrega será la clave. Algoritmos de optimización de rutas, identificación de lugares y zonas de descanso, determinar el momento del inicio de la ruta óptimo que facilite la entrega en tiempo, establecer modelos de predicción de concentración de flujos, etc. Y todo ello deberá estar integrado en una única plataforma para la gestión de extremo a extremo. Todo lo mencionado anteriormente permitirá que los costos de logística y distribución sean optimizados al máximo.
Otros procesos más específicos, como análisis de riesgo de pago, la gestión de cartera, análisis de crédito, la gestión del abandono o la fidelización de clientes, serán importantes en la gestión diaria de todas las compañías. Sin olvidar que la realidad aumentada aplicada al desarrollo de Inteligencia Artificial está a la vuelta de la esquina, lo cual facilitará la toma de infinitas decisiones sin necesidad de salir de la oficina.
Ingeniero en Sistemas*