Extranjeros impulsan comedor para los kichwas y los mestizos

Los voluntarios extranjeros se turnan, de lunes a viernes, para atender a unos 60 adultos mayores de Cotacachi. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO.

Los voluntarios extranjeros se turnan, de lunes a viernes, para atender a unos 60 adultos mayores de Cotacachi. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO.

Los voluntarios extranjeros se turnan, de lunes a viernes, para atender a unos 60 adultos mayores de Cotacachi. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO.

Ñuka Mamaku (Mi mamita, en español), así llaman afectuosamente a la estadounidense Micky Enright varios beneficiarios del comedor social Lugar de Esperanza, que abrió sus puertas en Cotacachi, Imbabura, hace tres años.

La dama, de 81 años, está al frente de un grupo de 14 voluntarios extranjeros que brindan desayuno, atención médica y vestimenta a adultos mayores de escasos recursos económicos de esta jurisdicción.

La mayoría de colaboradores son jubilados de estratos populares, especialmente de Estados Unidos y Canadá, que ahora son vecinos de Cotacachi. Se estima que hay 800 residentes foráneos en el cantón.

Los beneficiarios, en cambio, provienen de parcialidades kichwas como Tunibamba, Piava San Pedro, El Cercado, Alambuela, Colimbuela, San José o San Miguel. “Hemos recibido a personas de 12 comunidades”, explica Fred Hosea, el único voluntario que domina el español y que asume el rol de traductor.

Actualmente el comedor funciona en el local del antiguo plantel educativo Trajano Naranjo, en el barrio San José, que está prestado en comodato al proyecto. En una de las aulas se acondicionó el refectorio, con capacidad para 60 personas, y la cocina.

Esta última está a cargo de Francisca Vaca y su hija, Salomé Alvear, las únicas imbabureñas que trabajan en este centro. Doña Panchita, como le conoce la mayoría, dice que proponen un menú variado. Por ejemplo, el lunes 6 de noviembre e 2017 se ofreció una colada de avena, huevo cocido, una porción de queso, sandía, banano y naranja.

Para vecinos como José Bonilla este es el único lugar en donde puede compartir con amigos y recibir afecto.

Eso precisamente llamó la atención a la estadounidense Kate Linderman-Schutt. “Para muchos este el único lugar con que cuentan en su vida, quizá por eso son muy agradecidos”.

En un terreno ubicado en la parte posterior del inmueble está la huerta. Los voluntarios y beneficiarios, hace 15 días, sembraron brócoli, coliflor, col morada, acelga, zanahoria, camote, que serán usados para preparar las comidas.

Cada jueves, la ayuda benéfica incluye baños de agua caliente, atención sanitaria y cambio de ropa. En el caso de las mujeres indígenas también se contempla la donación del atuendo tradicional.

Es un día en el que es infaltable Linda Eastwood. Desde hace un año, esta enfermera norteamericana, que entre otras funciones se desempeñó como misionera Médica en Ucrania y Haití, se unió a la iniciativa Lugar de Esperanza.

La dama, de contextura gruesa y cabello cano, da atención en enfermería. Cuando es necesario deriva a los pacientes a una casa de salud.

El comedor funciona con donaciones que provienen de Estados Unidos. De eso también se encarga Micky Enright. Esta jubilada en bienes raíces conoció Cotacachi hace 14 años. Desde hace 8, comenta con una amplia sonrisa, esta ciudad andina es su hogar.
Por lo pronto, Enright explica que seguirán brindando este tipo de atención. Incluso, analizan comprar un inmueble.

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