En el ámbito cinematográfico tal vez no resulten familiares, pero en el mundo de los videojuegos Nathan Drake y Victor Sullivan tienen una reputación bien ganada.
Ahora, estos personajes de consola son interpretados por Tom Holland y Mark Wahlberg, respectivamente, en la primera adaptación a la pantalla grande que se estrena este 17 de febrero como ‘Uncharted: Fuera del mapa’.
La cinta presenta a presenta a Nathan Drake (Holland), un joven astuto y carismático en su primera aventura como cazador de tesoros junto a su ingenioso compañero Victor ‘Sully’ Sullivan (Wahlberg).
Una producción compleja
La película llega finalmente a los cines después de más de 10 años de desarrollo. Tanto tiempo demoró la producción que Whalberg pasó de ser elegido para interpretar a Drake a convertirse en su mentor, Sully.
Al proyecto también han llegado y desertado varios directores, hasta que Ruben Fleischer (‘Zombieland’, ‘Venom’) completó el encargo de dirigir esta cinta de acción y aventura, de la que podría surgir el Indiana Jones de las nuevas generaciones.
‘Uncharted: Fuera del mapa’ aprovecha los huecos narrativos de los juegos para crear una precuela y explorar un momento en la relación de Nate y Sully que no ha sido cubierto, con la idea de aportar una experiencia fresca a la audiencia.
En ese sentido, el filme ofrece elementos que resultarán familiares para los fans del juego y al mismo tiempo funciona como una carta de bienvenida para quienes se adentran por primera vez en este universo, creado por Naughty Dog en 2007.
Una aventura entretenida
El guion, escrito a seis manos, convierte una idea tan básica como la búsqueda de un tesoro en un animado espectáculo visual que se despliega por aire, mar y tierra.
Sin perder tiempo, la cinta entra en materia y quiere dejar una primera buena impresión con una vertiginosa escena de acción aérea en la que Drake lucha por su vida en una caída libre sin paracaídas.
La escena sirve de contexto para describir la transformación de un niño que es parte de una larga línea de cazadores de tesoros y que creció en un orfanato abrigado por la esperanza de algún día volver a ver a su hermano perdido.
En el presente, ese niño es un joven Drake, apasionado por la historia, que se gana la vida como cantinero en Nueva York mientras perfecciona sus habilidades en el robo a sus clientes. Los sutiles delitos de Drake son expuestos por Sully, quien se le acerca con la idea de reclutarlo para que le ayude a rastrear el oro perdido del famoso explorador portugués Fernando de Magallanes.
Drake rechaza la oferta hasta que descubre que la búsqueda del tesoro también podría conducirle hasta el hermano que juró volver algún día. Ambos se embarcan en una peligrosa misión que los lleva a través de América a Europa y Asia, resolviendo acertijos y siguiendo pistas y mapas antiguos que evocan las mejores aventuras de Indiana Jones, Jack Sparrow o Rick O’Conell, en ‘La momia’
Como en toda aventura, la búsqueda no será fácil y en el camino tendrán que sortear el acecho del ambicioso Santiago Moncado (Antonio Banderas), que se declara heredero de Magallanes, y su sicario Braddock (Tati Gabrielle).
También habrá aliados como Chloe Frazer (Sophia Ali) que acompañará a Drake y Sully en las persecuciones callejeras, los tiroteos en el aire y los motines en alta mar. La confianza es un lujo que no se pueden permitir los protagonistas y eso dará lugar a una serie de situaciones que intentan sostener la tensión y provocar alguna sorpresa.
El uso de CGI (imágenes creadas por computadora) llevan la historia del lado de la fantasía, mientras que el trabajo en sets y locaciones reales, donde confluye lo antiguo y lo moderno, ofrece una capa de textura y realidad que es posible sentir en el mayor tramo del filme.
Aunque se siente como una historia que ya se ha visto antes, la película cumple con ofrecer dos horas de entretenimiento ligero, en un recorrido por exóticos escenarios junto a dos personajes entregados a la diversión y a la aventura y momentos que evocan la nostalgia de la clásica búsqueda del tesoro.