La mancha negra que se ve en la parte noroccidental de la Luna, pudo ser causada por un asteroide. Foto: Wikicommons.
El mar de la lluvia, esa mancha negra que se ve en la parte noroccidental de la Luna, pudo ser causado por un asteroide mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora, de un tamaño similar al de un planeta en formación, que además se rompió cuando chocó contra el satélite, según publica hoy (20 de julio de 2016) Nature.
El objeto que golpeó la Luna hace 3 800 millones de años debía medir unos 250 kilómetros de diámetro, frente a los 80 que se creía, y tener diez veces más masa, según un estudio basado en nuevas observaciones y modelos por ordenador, que firman Peter Schulz y David Crawford de las universidades de Brown y Alburquerque.
Además, proporciona información sobre el tamaño de los objetos del cinturón de asteroides que bombardearon a los planetas del Sistema Solar y configuró la cara visible de la Luna.
El mar de la lluvia (Mare Imbrium) un cráter de unos 1 200 kilómetros de diámetro fue “probablemente ocasionado por un objeto enorme, lo suficiente como para ser calificado de protoplaneta” (planeta en formación), indicó Schulz en un comunicado.
Las nuevas mediciones y observaciones, gracias a material de la NASA ayudaron además a explicar algunas de las características geológicas cerca del mar de la lluvia, rodeado de surcos y brechas que pueden verse desde la Tierra con pequeños telescopios.
Esos relieves, bautizados como “escultura Imbrium” se disponen desde el centro del cráter hacia el exterior, como los radios de una rueda, y se concentran, sobre todo, en el lado sudeste de la cuenca, lo que sugiere que el objeto llegó desde el noreste e impactó con un ángulo oblicuo.
Otro grupo de relieves tiene un alineamiento que es “realmente misterioso”, según Schultz, quién explicó que pueden ser marcas de fragmentos del meteorito que golpeó la Luna y que se rompió tras el impacto, las cuales ayudaron al experto a estimar el tamaño total del objeto.
Schultz indicó que aún se sorprende de las cosas que se pueden saber con solo mirar la Luna. El satélite terrestre “guarda aún claves que pueden afectar a nuestra interpretación de todo el Sistema Solar“, esa “cara marcada nos puede decir mucho sobre lo que estaba pasando en nuestro vecindario hace 3 800 millones de años”.