Carlos Rubira Infante fue homenajeado en Guayaquil durante el festival artístico ‘El alma llena de música’. Foto: EL COMERCIO
Un acercamiento a la música de Carlos Rubira Infante desde el folclore, desde la fusión con lo tropical o desde la solemnidad de los instrumentos clásicos.
Eso fue lo que se vivió en la apertura del primer festival artístico ‘El alma llena de música’, en honor al compositor guayaquileño, creador de más de 600 títulos de melodías nacionales.
El festival, que incluye música, danza, pintura, fotografía y poesía, fue inaugurado la tarde de este martes (9 de diciembre de 2014) y se extenderá por dos fechas más hasta este jueves (11 de diciembre) en distintas sedes en Guayaquil.
La velada, que contó con la presencia del compositor, se convirtió en un homenaje al autor del “mayor caudal musical que se ha ofrendado a lo nuestro, a lo ecuatoriano”, según lo exaltó la folclorista Marigloria Cornejo. “Tengo una corta edad, tengo 93 años voy para 94”, bromeó Rubira, que asistió al evento en una silla de ruedas.
La historiadora Jenny Estrada le recordó al público que irónicamente el compositor no escribe, ni lee partituras. “Carlos Rubira concebía a veces las canciones en el sueño, se despertaba, cogía la guitarra y las entonaba. Y luego iba a donde algún amigo, especialmente donde Carlos Silva Pareja, le silbaba el tema y se lo cantaba, para ser trascrito al papel”, contó la escritora.
Hoy, las nuevas composiciones se las enseña a sus discípulos de la Escuela del Pasillo Nicasio Safadi, las cantan y las graban directamente. Entre los temas registrados, el “cantautor de la ecuatorianidad” tiene pasillos, pasacalles, san juanitos, danzantes, tonadas, himnos, marchas, boleros y valses criollos.
“Yo no soy un compositor, soy apenas un inspirado”, soltó Rubira en una breve intervención para agradecer el festival, mentalizado por dos de sus sobrinas nietas.
Entre los cantantes participantes estuvieron Héctor Napolitano y Antonio Santos, que grabó dos discos con música del homenajeado y que cantó Playita mía acompañado con un grupo de danza folclórico.
Mientras Napolitano tocó con impronta de son composiciones como “Guayaquil, pórtico de oro”. “Usted es inspiración para todos los músicos maestro”, indicó Napolitano. “Usted hace al pasillo guayaquileño, lo hace costeño”.
El violinista Jorge Saade y la pianista Elina Manzano ofrecieron una versión instrumental de Guayaquileño, madera de guerrero’ Enrique Vargas ‘Aladino’ cerró las casi dos horas de concierto, entonando el pasillo de despecho Quedas tranquila, junto a la Orquesta de Cámara Antonio Vivaldi. Al final Aladino cantó Guayaquileño, madera de guerrero junto a los cantantes César Augusto y Antonio Santos.
El primer encuentro, que se pretende constituir como un festival a largo plazo, propone abordar la obra del maestro de la música nacional como motivo de inspiración para distintos artes.
El Festival continúa este miércoles (10 de diciembre de 2014), a las 19:30, en la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, con una exposición de pintura y fotografía.
Mientras que el jueves (11 de diciembre), desde las 17:30, alumnos y exdiscípulos de Carlos Rubira le cantan en el Museo de la Música Popular Julio Jaramillo, donde además se exhibirá un documental sobre la vida y obra del compositor.