Artesanas unen la tradición a la venta del cacao en Esmeraldas

Un grupo de mujeres de Timbiré impulsa un emprendimiento de barra de cacao. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

Un grupo de mujeres de Timbiré impulsa un emprendimiento de barra de cacao. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

Un grupo de mujeres de Timbiré, Esmeraldas, impulsa un emprendimiento de barra de cacao. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

Doce mujeres afros majan cacao en dos molinos manuales. Esta es una de las tradiciones que perdura en la parroquia Timbiré, ubicada en el cantón Eloy Alfaro, norte de la provincia de Esmeraldas.

La molienda se acompaña con el canto de arrullo, música tradicional de esta etnia. La melodía genera mayor dinamismo en el agitado trabajo que pone sudorosas a las cantoras.

En un galpón que está en el pueblo funciona la sede de la organización de mujeres. Allí trabajan en la producción de pasta de cacao. Para esta labor sujetan su cabellera con turbantes de colores.

Las emprendedoras cuidan cada detalle sanitario, desde las pailas de acero y los moldes que usan para las barras del producto previo al empacado.

“El chocolate es un santo que de rodilla se muele, en la mesa se lo sirve y mirando al cielo se bebe”, así canta Leisi Valdez, una de las integrantes de la Asociación de Mujeres Afroecuatorianas Timbiré en el Futuro.

Ellas no solo muelen cacao, también conservan la tradición oral, como son los cantos tradicionales (salves, alabaos y arrullos), y lo aplican en sus labores cotidianas de siembra de cacao y plátano.

Para los habitantes de Timbiré, las labores del campo están ligadas a la cultura, porque es ahí donde las madres inculcan a sus hijos, tradiciones como cantar arrullos mientras siembran o cosechan.

Desde el año 2007 un grupo de mujeres de esa población se organizaron para darle valor agregado a la producción de cacao fino de aroma, que se produce en la zona.

En sus fincas cuentan con sembríos del grano, uno de los ejes de la economía local, así como la producción de plátano, borojó, arazá y limón, de lo que viven las familias.

Las mujeres de Timbiré producen hasta 300 unidades de pasta de cacao de 50 gramos al mes, que mezclan con canela y clavo de olor. El costo es de USD 1,50 cada una. “El producto es bueno, porque no se altera el sabor y aroma del caco puro de nuestra zona”, comenta Severino Ayoví, uno de los consumidores del producto.

En Timbiré también producen plátano. Ese producto, considerado base de la alimentación del pueblo afro de la zona, se seca en plásticos y luego se muele para obtener la harina de forma artesanal.

Saidi Angulo, también del grupo de mujeres de Timbiré, explica que tradicionalmente los niños son alimentados con colada de plátano, que mezclan con naranjilla y maracuyá.

Las 400 fundas de harina de plátano que son producidas en Timbiré se comercializan en la misma población.
Las emprendedoras también aprovechan la baba del cacao para elaborar vinagretas, luego de pasar por un proceso de fermentación.

El trabajo de la Asociación de Mujeres Afroecuatorianas de Timbiré les ha permitido tramitar la licencia sanitaria y el diseño del etiquetado.

El grupo trabaja desde hace un año en la construcción de una marquesina, con caña guadúa y plástico invernadero, para secar cacao en un área definida y no al filo de la vía como ocurre actualmente.

Matilde Montaño, presidenta de las Asociación, explica que las 12 integrantes aportan con 10 libras de cacao cada una de las participantes.

El 95% de las 450 familias que habitan en Timbiré es afro, y el grupo principal de consumidores de los productos, por eso, la proyección es ampliarse hacia los mercados de la provincia de Esmeraldas. La siguiente meta es la obtención de la licencia sanitaria.

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