Una concierto de gala ofrecerá la Banda Sinfónica Metropolitana en el Teatro Sucre. Foto: Archivo EL COMERCIO
La Banda Sinfónica de Quito, dominada por la armonía de los vientos y la percusión, se someterá a las batutas del español José Blesa y el estadounidense Matthew Westgate, en un variado concierto que ofrecerá el próximo sábado 28 de septiembre de 2019 en el Teatro Nacional Sucre, en el casco colonial de la capital ecuatoriana.
Un fragmento de la zarzuela La revoltosa, de Ruperto Chapí (1897); La Boutique Fantasque, de Rossini (1919); y la Metamorphose from the Lake, del propio Blesa (2018), forman parte del repertorio de la gala sinfónica que se expondrá en el mayor escenario de su tipo, informaron los organizadores.
La Banda Sinfónica de Quito, con 38 músicos, ha logrado ensamblar a un grupo donde predominan los vientos, el estruendo de los metales, el ritmo de la percusión y el seductor juego de la cuerda grave.
Así se demostró en los ensayos, en los que Blesa y Matthew comprobaron el virtuosismo y las curiosas particularidades de la banda sinfónica quiteña.
Blesa, un valenciano que estudia actualmente en Estados Unidos, donde es alumno de Matthew, explicó a Efe que su llegada a Quito se dio a través de un acuerdo de colaboración que se estableció hace algún tiempo con el director permanente de la sinfónica capitalina, Luis Alberto Castro.
El director y compositor español relató que conversó con Matthew, director de Wind Studies, de la Universidad de Massachusetts Amherst, y que así se concretó el proyecto de colaboración.
Y es que Blesa se interesa por conocer la industria musical en el mundo, sobre todo la estructura de las bandas sinfónicas, y por ello el año pasado tuvo una experiencia en la ciudad colombiana de Pasto, donde le interesó por conocer más a fondo a Suramérica.
Para él, tiene su particularidad el dirigir a músicos como los ecuatorianos que conjugan el color y la cadencia de los ritmos tropicales con la esencia de la cultura de los Andes.
Hay diferencias “como en el color y la forma” pues, incluso, algunos de ellos tocan en conjuntos de salsa, lo que les proporciona un estilo particular, añadió.
Por ello, Blesa apostilló: “La cultura de un pueblo tiene su influencia” en el arte y cubre a todos los ciudadanos, algo que lo ha notado cuando ha dirigido en Portugal, España, Eslovenia, Bélgica o Taiwán, entre otras regiones que ha visitado.
El español aseguró que su música “ha sonado en toda América Latina”, especialmente en Suramérica, aunque aceptó que quizá le hace falta un poquito en Chile y Paraguay.
Dirigir en otras partes, durante un corto periodo de tiempo, es para Blesa “relativamente sencillo”, porque parece que en esas circunstancias “el director y los músicos lo quieren poner fácil” y se acoplan casi inmediatamente.
No obstante, señaló que pese a que la música puede ser la misma desde hace mucho tiempo atrás, la unidad que se puede generar entre un director y los músicos permite “crear algo nuevo”, sobre todo cuando se trata de una “banda de alto nivel” como la Metropolitana de Quito.
Esa unión ha permitido confeccionar “un concierto muy variado” que se presentará el sábado en el Teatro Sucre, con obras que devienen del siglo pasado al actual y de la música universal con la ecuatoriana, pues esta última se prepara como sorpresa para el final de la presentación, adelantó.
El público, según Blesa, “se lo va a pasar bien” y los directores también, a tal punto que el valenciano no dudó un instante al aceptar que quisiera volver a Ecuador.
Pero también reclamó: “Las bandas profesionales de Latinoamérica tienen que ser conocidas”, porque “tiene el talento” suficiente para presentarse en cualquier parte del mundo.
“Este tipo de experiencias (de cooperación) refrescan mucho a las bandas y atraen al público”, subrayó el director español, quien dijo haber encontrado en la Banda Metropolitana de Quito un perfecto balance de calidad y cadencia.