Foto referencial. La población de algunos peces ha disminuído en el mundo, según un estudio. Foto: Pexels
Las poblaciones de peces migratorios de agua dulce han disminuido en un 76% en los últimos 50 años. Un nuevo estudio, publicado este 27 de julio del 2020, alerta sobre esta reducción masiva y la relaciona con factores como la degradación del hábitat, la alteración de los ecosistemas, la presencia de represas y la sobreexplotación de los recursos.
En esta investigación, realizada por World Fish Migration Foundation y Zoological Society of London (ZSL), se evidencia que las pérdidas más altas han ocurrido en las poblaciones de especies de Europa y América Latina y El Caribe, donde ha habido disminuciones del 93% y 84%, respectivamente.
Stefanie Deinet, investigadora de ZSL y líder del estudio, explica que se analizaron los datos de 1 406 poblaciones pertenecientes a 247 especies de peces de agua dulce. Con base en estos datos, los investigadores llegaron a la conclusión de que entre 1970 y 2016 las poblaciones disminuyeron en un 76%.
La autora del estudio cuenta que se hicieron análisis similares con la información de otros animales y ecosistemas. Al comparar los resultados, se demostró que el porcentaje de reducción de las poblaciones de peces es uno de los más severos que se ha encontrado hasta el momento.
Arjan Berkhuysen, director de World Fish Migration Foundation, dice que esta pérdida “catastrófica” es una muestra de que no se puede continuar destruyendo los ríos del planeta y de que es necesario actuar, antes de que estas especies desaparezcan.
El salmón y el bagre amazónico son algunos de los peces más afectados. Estas especies no solo son necesarias para alimentar a millones de personas en el mundo, sino que ayudan a mantener los ríos y lagos saludables.
El estudio revela que la degradación, alteración y pérdida del hábitat están entre las principales amenazas para las especies migratorias analizadas. Los humedales, por ejemplo, son necesarios para la conservación de estos animales, pero están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.
Al mismo tiempo, las represas se han convertido en un obstáculo para los peces de agua dulce y han ocasionado que sus ciclos de vida se modifiquen. A esto se suma la sobreexplotación de los recursos y la pesca incidental. Los impactos del cambio climático, como el aumento de temperatura, también han causado que las especies cambien sus patrones migratorios y de reproducción.
Según el estudio, las pérdidas más bajas se registraron en América del Norte, lo que demuestra que todavía es posible implementar medidas que puedan detener o revertir la situación de estos peces. Algunas de las estrategias que se han implementado en esta zona del continente incluyen el manejo sostenible de las pesquerías, restauración de hábitats, creación de santuarios, mayor protección legal y el retiro de represas.