Omar Torres Carvajal, un apasionado por los reptiles

El científico cuenta que ha participado en la descripción de 60 especies. Foto: Museo de Zoología HQCAZ
Cuando empezaba su carrera universitaria, Omar Torres-Carvajal no estaba muy seguro de si quería ser biólogo. Sin duda le gustaba la carrera, pero en el Ecuador de la década de 1990, esta era un área que todavía estaba despegando.
A poco más de un cuarto de siglo de haber empezado sus primeros pasos en la biología y ya con estudios de posdoctorado en su área, Omar se ha convertido en uno de los investigadores más destacados del Ecuador en el ámbito de los reptiles. En una videollamada desde Alemania, el científico cuenta que ha participado en la descripción de 60 especies, ya sea como autor principal o como coautor del estudio.
Una de estas nuevas especies fue presentada a la ciencia a inicios de este mes. Bautizada como Oxybelis trasandinus, la nueva serpiente, con un hábitat principalmente en los bosques secos de la Costa, tiene a su boca como principal mecanismo de defensa. Cuando se siente amenazada, la abre para mostrar un color púrpura intenso como señal de advertencia a su enemigo.
Para el científico ecuatoriano, su trabajo con la Oxybelis trasandinus representa, de cierto modo, un cambio de lo que vendrá en la investigación biológica en el Ecuador.

Cuando él empezaba en este ámbito, las investigaciones de campo eran todo un reto.
Desplazarse hacia el interior de la selva o adentrarse en un bosque era una verdadera travesía de aventureros. A esto se sumaba la falta de especialistas en determinadas áreas, lo cual complicaba la descripción de especímenes recolectados.
La combinación de estos factores fueron los que posibilitaron que Omar describiese sus dos primeras especies.
A finales de la década de 1990, él empezó a trabajar con reptiles gracias a una recomendación del zoólogo Luis Coloma, en ese entonces profesor de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), donde Omar cursaba sus estudios de tercer nivel.
“Al enterarse de mi interés por las lagartijas, el Dr. Coloma me dijo que me dedique a estudiar a las guagsas. En ese entonces era un grupo casi desconocido en el Ecuador. No se sabía muy bien cuántas especies había ni había muchos especialistas”, cuenta Omar.
Tras esa conversación, apostó por dedicar sus últimos años de pregrado y los primeros de maestría y doctorado en la Universidad de Kansas a recopilar información sobre las guagsas, una especie de lagartija que mide entre siete y 10 centímetros.
En el año 2000, al cursar su maestría, hizo su primer describió sus primeras especies: Stenocercus angel y Stenocercus chota. Cuando habla de este momento, no puede disimular la emoción que le causa el volver a recordar cómo eran esos viajes a lo inhóspito para encontrar fauna nueva.
Tras quedarse hasta el 2008 en los Estados Unidos hasta completar sus estudios y seguir aportando con nuevas especies para la ciencia, Omar decidió regresar al país para trabajar en uno de los proyectos que más le han apasionado en su carrera: ser docente y curador de reptiles del Museo de Zoología de la PUCE.
Tras casi un decenio fuera del país, él regresó en un momento clave en la investigación biológica: empezaba a potenciarse el estudio genómico de las especies. Esto, junto a una mayor conectividad entre ciudades y pueblos del Ecuador, ayudaba en la descripción de flora y fauna locales.
“Los laboratorios de las universidades están mucho mejor equipados que hace 20 años. Eso también facilita las cosas. Por ejemplo, cuando era un estudiante de pregrado, no hubiera podido ni pensar en hacer algún trabajo con ADN”, dice Omar al respecto.
Ahora la panorámica es otra. Para Omar, en el país estamos entrando a la época de la investigación de especies crípticas, tal como sucedió con la Oxybelis trasandinus. Con ello se refiere a que será más difícil encontrar animales muy diferentes y únicos en apariencia, por lo que el futuro estará en desengranar el genoma para saber si una especie es nueva.