Si hay algo que ha definido la carrera de Alejandro Arteaga es su pasión por salir a la naturaleza y explorar nuevas geografías. Este joven biólogo ecuatoriano-venezolano, que ha descrito 29 especies de animales para la ciencia, recientemente obtuvo un reconocimiento por parte de The Explorers Club. Se trata de una selecta sociedad de investigadores de diversas ramas, con casi 120 años de existencia, cuya meta es la exploración científica y los estudios de campo.
De cierta manera, el reconocimiento por The Explorers Club forma parte de una meta que se forjó hace más de 15 años, en su juventud. Haciendo referencia a Indiana Jones, Alejandro Arteaga asegura que una gran parte de su carrera académica como biólogo se forjó con el mismo ímpetu del famoso arqueólogo de Hollywood. Así, de joven él se veía a sí mismo recorriendo tierras inhóspitas y descubriendo nuevos tesoros.
Pero a diferencia de las antiguas reliquias de Jones, los tesoros de Alejandro Arteaga son especies vivas y, muchas de ellas, en peligro crítico. En sus recorridos por las montañas andinas, la selva amazónica, las zonas costeras o por las islas Galápagos ha estado atento a esos reptiles y anfibios que habitan el Ecuador y el mundo.
Él defiende que estos recorridos en la naturaleza son la esencia que se ha perdido en la biología contemporánea. A su criterio, la pandemia y los avances en los instrumentos de laboratorio han influenciado a una generación de investigadores que son buenos en las oficinas y universidades, pero que piensan dos veces antes de aceptar el salir al campo. “No tienes idea cuánto cuesta ahora encontrar a jóvenes biólogos que quieran hacer trabajos de campo”, dice Alejandro Arteaga entre la sorpresa y el descontento.
Explorando para cuidar la naturaleza
En 2009 nació Tropical Herping, que podría considerarse una de las primeras muestras serias del compromiso de Alejandro por la conservación y la exploración. Esta iniciativa, cofundada con el biólogo y fotógrafo Lucas Bustamante, impulsó su carrera como biólogo e investigador, llevándolo a publicar tres libros sobre reptiles y anfibios y más de 20 publicaciones científicas.
Una de las más recientes publicaciones fue, precisamente, producto de sus exploraciones. Meses atrás, en una entrevista para EL COMERCIO, contaba que el descubrimiento de una de estas especies la hizo excavando en un cementerio.
“Descubrir una especie es una de las esencias de ser un naturalista; es ir a un lugar remoto y encontrar un animal de una especie que nunca se había visto, que nunca se había fotografiado o, tal vez, se había registrado, pero no se conoce. El proceso de descubrimiento es algo fascinante”, cuenta este explorador y biólogo
Más allá del reconocimiento que obtiene a través de cada expedición, para Alejandro Arteaga lo más importante es dar a conocer lo frágil que es un ecosistema amenazado. El fondo que recibió en 2021 por The Explorers Club fue entregado, de hecho, para recorrer el país. La meta era ir tras la pista de tres especies de jambatos que están considerados como extintos en el Ecuador.
“Este grant de The Explorers Club y Discovery me dio la oportunidad de conocer lugares poco explorados en Ecuador. El objetivo era redescubrir especies de jambatos que se creían extintas, pero realmente no fue cumplido. No encontré las especies que estaba buscando, lo cual es una triste noticia porque puede ser que muchas de estas ranas arlequines se encuentran efectivamente extintas. Obviamente no quiero perder esas esperanzas. Sin embargo, en el proceso descubrí especies nuevas de reptiles. Fue una noticia inesperada el hecho de que estás buscando un objetivo concreto en una expedición y, repentinamente, te encuentras con algo totalmente diferente”.
Por ahora, Alejandro Arteaga quiere completar sus viajes en la naturaleza y seguir descubriendo nuevas especies para la ciencia. No pierde las esperanzas de que, en algún momento, pueda encontrarse con sus apreciadas ranas jambato y completar esa exploración que lo llevó a formar parte de The Explorers Club.
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