Reforestación, monitoreo de especies invasoras y guardaparques estudiantiles son los tres proyectos en los que participan los alumnos del primer año de bachillerato de dos colegios de Galápagos.
Desde el pasado 13 de junio, 150 jóvenes de los colegios Nacional Galápagos y Miguel Ángel Cazares cumplen 120 horas de trabajo como requisito previo a su graduación.
Un grupo de alumnos realiza actividades de recolección, limpieza y clasificación de semillas. Ellos preparan el sustrato para las plantas; luego vienen la reproducción y cuidado hasta su germinación. Posteriormente, con el trabajo de los jóvenes en el vivero, las plantas se adaptan y quedan listas para la reforestación.
Otro grupo participa en las áreas urbanas, donde controlan a las especies invasoras como: roedores, caracol gigante africano y mosca de la fruta.
Y un tercer grupo aprende actividades propias de los guardaparques: técnicas de primeros auxilios, interpretación ambiental e inducción de las reglas de visita, entre otras cosas.
El objetivo, con esta tarea, es que los jóvenes informen a las personas el significado y las reglas de uso en cada uno de los sitios de visita cercanos al área poblada.
“Con la capacitación recibida, los estudiantes podrán interpretar las características físicas y biológicas de la flora y fauna de cada lugar”, señaló el Ministerio del Ambiente, en un comunicado.
Sin embargo estas no son las únicas actividades que se realizaron este mes en el archipiélago. La semana pasada se realizó una práctica de conservación, auspiciada por las Fundaciones Coca-Cola y Galápagos de Metropolitan Touring.
Allí, más de 700 voluntarios acudieron a los puertos y recolectaron -en conjunto- 12 105 libras (6,1 t) de desechos sólidos.
Según datos finales de estas organizaciones, la isla en la que más desechos se recolectaron fue Santa Cruz; con la ayuda de 350 voluntarios se acumularon 8 308 libras. A esto se suma San Cristóbal, donde con una participación de 250 voluntarios se recolectaron 2 316 libras de desechos.
Finalmente, en la isla Isabela 145 voluntarios lograron recoger 1 481 libras de desperdicios.