El agua es la preocupación de dos artistas que exhiben su obra en Quito

Juan Carlos León y Nicolás Saavedra evidencian la contaminación de los ríos y del mar, a través de experiencias contemplativas y el acercamiento a datos científicos. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

Juan Carlos León y Nicolás Saavedra evidencian la contaminación de los ríos y del mar, a través de experiencias contemplativas y el acercamiento a datos científicos. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

Juan Carlos León y Nicolás Saavedra evidencian la contaminación de los ríos y del mar, a través de experiencias contemplativas y el acercamiento a datos científicos. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

La contaminación del agua es una realidad sobre la que no se ha reflexionado lo suficiente, como para generar cambios. Juan Carlos León y Nicolás Saavedra motivan esta conversación por medio de la presentación de dos muestras, ‘Cuando el río era río’ y ‘Charly’, respectivamente.

El trabajo de ambos artistas estará expuesto hasta el 29 de marzo, en +Arte Galería Taller, ubicada en la Av. 12 de Octubre y Abraham Lincoln.
‘Cuando el río era río’ es parte de un proyecto más grande, llamado ‘Tiempo natural’, que se presentó por primera vez en el Museo de Arte Moderno de Cuenca, en el 2018. “El trabajo que hacía en ese momento tiene que ver con el despojo de la naturaleza, en relación con los procesos del capital”, da a conocer León.

En +Arte, León expone tres visualizaciones sensibles, basadas en datos científicos, de la contaminación del río Ambato, en Tungurahua. El objetivo del artista es generar una reacción a partir de lo estético.

León trabajó junto a un equipo interdisciplinario, entre otros la bióloga Adriana Ramos Gil, para conocer el índice de calidad del agua (ICA), por medio de muestras de agua y sedimentos tomadas a lo largo del afluente.
Placas petri en las que se hizo el análisis bacteriano fueron congeladas y encapsuladas para ser expuestas. Sobre estas, grabó secciones del río.

Las muestras también sirvieron como material para hacer gráficos en los que se evidencia la suciedad. Por último, León elaboró una escultura que, a manera de barras de datos, muestra la calidad del agua. En el inicio del río, el agua es ‘buena’ y a medida que se adentra en la ciudad y las zonas industriales, empeora.

Nicolás Saavedra, por otro lado, llegó a la boya Charly, ubicada a 7 km de la costa de Esmeraldas, para fotografiar el paso de las ballenas jorobadas.
La boya y sus alrededores son zonas restringidas, pues es un estacionamiento de carga de petróleo, por lo tanto, hay menos tráfico marino y más avistamiento de especies como delfines o tortugas.

“El primer día me entusiasmé porque vi uno que otro delfín. Empezaron a pasar los días y me di cuenta de que no había ninguna ballena”, cuenta.
El artista permaneció tres semanas, en julio y agosto del 2018, en Charly. Los marinos que se turnaban para acompañarle mostraban que es común encontrar plásticos en el mar y dentro de los pescados. Uno de ellos le confesó que no come cangrejo, porque serían los que más consumen plásticos.

Saavedra ahondó su investigación y descubrió que, debido a la contaminación, los polos se derriten más rápido. Esto provoca que cambien las ondas electromagnéticas que guían a los mamíferos en sus rutas de migración. Las ballenas, en este caso, se perdieron y muchas terminaron varadas.

En +Arte, Saavedra expone fotos del horizonte que hizo desde Charly y un video de la contaminación en la ruta de las ballenas. Además, puso en adopción a ballenas de plástico reciclado, para recaudar fondos para 4ocean, una fundación que limpia el mar.

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