La Fundación Museos de la Ciudad ha preparado una agenda de actividades que se ofrecen en la última semana de julio.
Niños cumplen normas de bioseguridad mientras realizan actividades físicas y comparten con otros pequeños
En estos días, los padres de familia quieren saber: ¿qué pueden hacer sus hijos de 11 a 19 años en casa, durante estos dos meses de vacaciones? En todas las temporadas de descanso estudiantiles, buscan alternativas, pero el covid-19 les obliga a ser creativos y a pedir una guía a los especialistas.
La carrera de Periodismo de la Universidad de Las Américas (UDLA) realizará una jornada de talleres vacacionales gratuitos de televisión, radio y fotografía para adolescentes de 12 a 19 años.
La personalidad y los intereses de los chicos son dos aspectos esenciales para elegir un curso vacacional. Este es el último mes de verano y la oferta de talleres se mantiene abierta.
Este viernes 29 de junio del 2018 es el último día de clases para más de 600 mil estudiantes que culminan el año lectivo 2017-2018. A partir del 30 de junio hasta el domingo 2 de septiembre será el periodo de vacaciones.
Ya se acabaron las clases en la mayoría de los colegios y escuelas alrededor de Quito. 642 633 estudiantes terminaron este ciclo lectivo según la Subsecretaría de Educación de Quito. Muchos de ellos están ansiosos por comenzar a divertirse en sus vacaciones. Sin embargo, varios padres de familia siguen trabajando y no tienen la posibilidad de llevar a sus hijos a realizar actividades a diario.
En las vacaciones hay múltiples actividades para los más pequeños. Conocer sobre el cuidado del medio ambiente y la convivencia con los animales es una opción.
La frase “no toque mijito que se daña” tiene los días contados. Así lo sostiene Mónica Varea, escritora ecuatoriana y propietaria de Librería Rayuela, lugar donde se desarrolla el taller infantil Peripecias Literarias, uno de los espacios creados con la finalidad de que los más pequeños se formen en escritura creativa, pero, sobre todo, que se apropien de un espacio comúnmente asociado con lo formal.
Los niños y jóvenes están a días de concluir las clases y en ese correteo de los últimos días los padres ya buscan actividades para ocupar el tiempo en vacaciones. Una opción son las colonias vacacionales.
Los cuatro clubes de Pichincha que participan en la Serie A del balompié ecuatoriano preparan cursos vacacionales, tanto en Quito como en el Valle de los Chillos. Esta es una oportunidad para que los niños luzcan las camisetas de los equipos de su preferencia.
A 10 días de que se inicie el período escolar, 2015-2016, en el régimen Sierra y Amazonía, los estudiantes tienen una variada agenda de actividades para cerrar esta temporada de vacaciones.
Mientras Luis Zubeldía impartía órdenes a sus jugadores, fuera de la cancha decenas de niños corrían de un lado a otro esperando que se termine el entrenamiento para abordar a los jugadores de Liga y pedirles autógrafos, este 21 de agosto.
El fenómeno de El Niño está en su etapa inicial, lo que provoca lluvias y altas temperaturas en la Costa. En la Sierra, las precipitaciones se producen por exceso de nubosidad que proviene de la región amazónica. El Gobierno abrirá las puertas de la Secretaría Nacional de Inteligencia a la prensa. Tras la finalización de las clases, en Pichincha empezaron las colonias vacacionales públicas y privadas, para niños y jóvenes. En cuanto al ámbito deportivo, la delegación ecuatoriana en los Juegos Panamericanos Toronto 2015 consiguió el mismo número de medallas que hace cuatro años en Guadalajara.
Hay para todos los gustos. Para los que les agrada la pintura en madera, las manualidades o la bisutería. O para aquellos que les gusta la danza, el canto, o el deporte. Y también para los golosos que en estas vacaciones quieren aprender gastronomía, o elaborar postres y chocolates.
Los niños no quieren salir del agua. Alrededor de 20 pequeños, de entre 5 y 10 años, asisten al curso de natación organizado por el Club Relax, en Santo Domingo de los Tsáchilas, al occidente de Ecuador. Natalia Beltrán lleva su traje de baño y un refrigerio, en una mochila roja. Su madre Cristina Tapia la acompaña. “la inscribí porque terminaron las clases y sacó un buen puntaje y como premio le di este curso que ella quería”.