Un sapo pequeño de un color verde limón, con puntos blancos y una raya color rojiza al costado, posaba quieto en una hoja junto al sendero aquella noche del 11 de agosto del 2019. Esa escena llenó de emoción a quienes lo observaban porque se trataba del redescubrimiento del legendario sapo arlequín de Mindo, Atelopus mindoensis, que se creía extinto por no haber sido visto desde 1989.