Con cada twitt ofensivo y cargado de resentimiento, Correa le sigue haciendo a Lenin el favor de conservar para sà ese papel de malo de la pelÃcula que le cae al pelo, al poco pelo que le queda. Ubicado por contraste en el lado bueno, el actual presidente, que es de natural amable y sencillo y hace todo lo posible para distanciarse de los malos modos de su antecesor, sigue cosechando adhesiones y subiendo en las encuestas. Tanto asà que se respira en el paÃs una atmósfera de luna de miel.
Los dirigentes polÃticos están tan ocupados peleando por un cargo que no parecen notar que el negocio podrÃa cerrar. La democracia está en decadencia y, sin embargo, el asunto no figura en la agenda parlamentaria. Todos comparten la pérdida de visión, de planificación y de búsqueda de soluciones a largo plazo y el empleo de la polÃtica para concentrar poder.
No pasa un dÃa sin noticias sobre la creciente desigualdad, el indicador que revela el tipo de modelo económico en el cual nos hemos embarcado, gracias a la doctrina neoliberal pregonada por el llamado Consenso de Washington desde los años noventa.
Desde hace varias semanas, los medios dominantes se han dedicado unánimemente a denunciar las acciones de Vladimir Putin, primero en Crimea y ahora en Ucrania.