Es preocupante la descomposición de la política actual, con un gobierno que fue elegido por un programa determinada, pero en forma insólita sigue los planteamientos de la otra candidatura, retrocediendo a épocas nefastas, para entenderse con politiqueros corruptos que siempre perjudicaron al país, aplicando los repartos, mayorías móviles y amarres en el parlamento, asambleístas que no solo cobran diezmos sino que reciben parcelas de poder en sus provincias, en general la corruptela ha regresado por lo que este gobierno pasará tristemente a la historia, por errático y débil, cuando pudo ser más enérgico y con decisión no permitir que la politiquería de siempre retorne por sus fueros.
Más allá de la incidencia del coronavirus, el Ecuador se encamina a los comicios presidenciales del 28 de febrero del 2021, pero los problemas económicos, sociales y de inseguridad no se arreglan sino que empeoran y ya comienza el baratillo de ofertas y la politiquería de siempre en la que cae atrapada parte del electorado por falta de la debida información y por no ejercer un voto responsable.