Siempre vi con recelo al Gobierno del Ecuador. ¿No era acaso Rafael Correa un aliado del desastroso chavismo venezolano? Así que fue para mí muy extraño ser invitado como Observador Internacional de las elecciones . Pese a mis escrúpulos, acepté. Era más fuerte la curiosidad por ver de cerca la realidad de este vecino nuestro, de cuyo Gobierno solía recibir buenos y malos informes.