Un espejo de obsidiana, que durante años, pasó guardado en la Reserva Nacional del Ministerio de Cultura y Patrimonio, es una de las nuevas piezas que se exhiben en el Museo Nacional del Ecuador (MuNa). La pieza es parte de la exposición ‘MuNa expone MuNa. El paso y la huella’ que se inaugura este martes 3 de febrero del 2020, a las 19:00.
Independencia, pertenencia, nación, estado, patria, democracia. Estas ideas han sido regadas a lo largo del tiempo a través del arte literario y el ensayo y también de las artes plásticas.
En la mitología nórdica, Asgard es un mundo rodeado por una muralla incompleta, gobernado por Odín -el dios de la sabiduría, la guerra y la muerte- junto a su esposa, Frigg, -la diosa de la fertilidad, el amor y el matrimonio-. En la actualidad, la ciencia tomó su nombre y lo convirtió en Asgardia para anunciar la conformación de un ambicioso proyecto espacial.
El surgimiento de Ecuador como nación, al igual que otros países hispanoamericanos, fue un proceso lento de identidad y pertenencia de sus habitantes a una patria distinta al imperio español que gobernó durante tres siglos. La pugna de poder entre la burocracia y clero peninsulares con sus contrapartes criollas blanco-mestizas, presente desde principios de la Colonia, condujo a la postre al movimiento de independencia basado en la proclama de un autogobierno.
La Procuraduría General de la Nación de Guatemala (PGN) recomendó el miércoles al presidente, Otto Pérez, que renuncie a su cargo debido a las denuncias de corrupción que pesan contra él y evitar que el país entre en un periodo de inestabilidad política ante el descontento popular.
Simpatizantes del Gobierno se dieron cita en los exteriores de la Asamblea Nacional para escuchar el Informe a la Nación 2015. A lo largo de la Avenida Gran Colombia se formó una cadena de seguidores con banderas. Esperaban la llegada del Presidente.
Mi amigo y colega en esta página, doctor Juan Valdano, es uno de los intelectuales más sólidos con que cuenta el Ecuador actual. Este reconocimiento y el respeto que guardo a su obra no han impedido, sin embargo, que dos o tres veces yo haya discrepado de sus opiniones y propuestas conceptuales. Esta es, precisamente, una de esas discrepancias: será imposible fundamentarla adecuadamente en el limitado espacio del que aquí dispongo, pero no puedo dejar de hacer alguna observación al respecto.
‘Dios no existe, pero insiste” –escribió alguna vez Miguel de Unamuno, en el curso de sus tortuosas reflexiones sobre la inmortalidad. Se trata de una paradoja construida con un juego muy sutil de los prefijos contrapuestos: si ex-istir es algo así como ser hacia afuera, como salirse de sí, en una extroversión absoluta, in-sistir es como ser hacia adentro, ver-se, doler-se, vivir-se, ser-se, de acuerdo con las palabras de uno de los más célebres personajes unamunescos. Extrapolando la situación, con los debidos respetos, esta misma paradoja podría ser perfectamente usada para hablar de la nación ecuatoriana: una nación que no existe más allá de los textos constitucionales, pero insiste en la conciencia de todos cuantos somos nativos de esta tierra.