Charles Baudelaire es el gran poeta moderno, el que inaugura la poesía moderna o, al menos, el que primero revela lo que es un poeta moderno. Es el pater familia, según el escritor chileno Roberto Bolaño. Sorprendentemente, Francia, el país donde nació hace 200 años un 9 de abril, no le rendirá los homenajes que merece un escritor de su talla.
Cada mayo -y más si el año termina en un número redondo como este cincuentenario- rebrotan las voces más nostálgicas. Se organizan exposiciones, seminarios, mesas redondas, paneles sobre Mayo del 68, la sublevación de estudiantes franceses a la que se sumaron los obreros, y que puso en jaque a la V República, a su fundador, Charles De Gaulle, y cuestionó al capitalismo.
Un año antes de la revuelta de Mayo del 68 la primera edición de ‘La sociedad del espectáculo’, el libro escrito por el pensador Guy Debord, se convirtió en una de las lecturas más populares de los universitarios parisinos, entre ellos los de la Universidad de Nanterre, más conocidos con el mote de los ‘enragés’ (enfurecidos).
¡Qué satisfactorio es leer pensamientos inteligentes, y si son escritos en las paredes tienen un sabor más emocionante! No me refiero a frases vulgares que atacan, como en un momento sucedió en Ecuador, a periodistas o medios de comunicación independientes, que informaban cosas que al gobernante no le gusta oír.