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En el año 2006, el gasto de todo el sector público fue de 9 928 millones de dólares. El año pasado fue de 44 359 millones. Y en ese período no solo que el gasto se multiplicó por 4,5 (en realidad fue un poco menos), sino que se pasó de un importante superávit a un enorme déficit fiscal.
Que no se vaya a confundir el lector, pues esto no tiene ninguna relación con la Cuaresma y el ayuno que muchas personas deciden hacer. Es inherente al calificativo promovido por algún funcionario del Gobierno y expresado por un extranjero meses atrás sobre la situación de la economía ecuatoriana y la calificación hecha con el nombre del “jaguar latinoamericano”. Esa denominación supuestamente representaba la buena salud de la economía ecuatoriana y la excelente gestión del Gobierno en esta materia.
Dentro de pocos días, quienes vayan a almacenes a buscar productos importados, encontrarán que muchos productos o no hay o han sufrido una fuerte alza de precio.
El jueves pasado, la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes) pronosticó que la economía ecuatoriana crecerá en apenas 1,7% durante este año. Más allá de lo preocupante que resulta tener un crecimiento tan reducido –apenas suficiente para igualar al crecimiento de la población y evitar que, en promedio, no se empobrezca– este dato debería llevarnos a reflexionar sobre un tema de fondo: los límites del gasto fiscal como instrumento para estimular al aparato productivo.
México anunció este viernes que recortará unos USD 8 200 millones de su gasto público en 2015, equivalente al 0,7% del PIB, para enfrentar la caída del precio del petróleo, suspendiendo importantes proyectos como el del primer tren de alta velocidad en América Latina.
En los ocho años del gobierno de Rafael Correa se han utilizado USD 228 317 millones en el sector público, incluido el Gobierno central, empresas, gobiernos locales y otros del sector público que reciben contribuciones estatales.
La Pro forma del próximo año, enviada por el Ejecutivo a la Asamblea el viernes pasado, anuncia que el Gobierno prevé mantener congelado el gasto público, al menos en el papel. El monto de la Pro forma 2015 asciende a USD 36 317 millones y tendrá 30 días para el trámite legislativo. Casi la mitad del gasto público es para pagar sueldos de los servidores públicos y comprar bienes y servicios que permitan mantener activo el aparato estatal.
Se pregona por los más entendidos de este Gobierno que en épocas de crisis el gasto gubernamental debe sostener el crecimiento económico y el empleo, lo que se ha denominado, contracíclico. Parece razonable. Sin embargo, en tiempos de bonanza el Gobierno también gasta a manos llenas, cierto es que existe inversión pero también dispendio, desperdicio y en no pocos casos deshonestidad.
El conversatorio del presidente Rafael Correa con los medios de comunicación tuvo un cambio de horario. Inicialmente, los periodistas fueron convocados a las 17:00 en el Ministerio de Deportes, luego se alertó que la cita era a las 18:00.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó el miércoles pasado los logros económicos y sociales del país, pero también llamó al Gobierno a trabajar en tres frentes que eviten futuros desequilibrios.
Luego de hipotecar la mayor parte del petróleo y el oro de Ecuador para financiar el gasto, el presidente Rafael Correa planea crear dinero virtual para pagar las cuentas del país.
'E l Gobierno actual no ha cambiado la composición del gasto público en agricultura ni sus beneficiarios con relación a la época abiertamente neoliberal". La afirmación corresponde a un artículo de Diego Carrión Sánchez, publicado en el último número de la Revista Economía, de la Universidad Central del Ecuador. Además de la continuidad neoliberal en la política agropecuaria, esta tendencia se encarnaría, según este autor, en otras políticas emblemáticas del Régimen, como la extensa red vial articulada a un modelo productivo basado en la extracción primaria, o la reforma a la Ley de Minería que se pretende pasar de agache en la Asamblea Nacional.
La jefa del FMI, Christine Lagarde, dijo este domingo 9 de diciembre que Estados Unidos debe aumentar los impuestos y disminuir el gasto público para reducir eficazmente el déficit fiscal y advirtió que, de no lograrse un acuerdo entre republicanos y demócratas este mes, el país puede tener crecimiento “nulo” en 2013.
En un importante diálogo sobre el futuro económico realizado bajo el auspicio de EL COMERCIO, entre varios temas, trascendió una preocupación sobre la hipertrofia del gasto público en la economía nacional. Sostuvo el expositor, economista Mauricio Pozo, basado en cifras del Banco Central, su triplicación en los últimos años, su desfase frente al PIB y la dramática comparación con países vecinos que, sin tener los márgenes petroleros nacionales, evidencian un crecimiento homogéneo de sus economías, sin riesgos previsibles en este ámbito.
El gobierno francés fijó sus grandes objetivos de reducción del gasto, en los que se propone recortar los gastos de funcionamiento en un 7% entre 2012 y 2013 y en un 2,5% el de funcionarios antes de 2015, según un documento enviado hoy a los ministerios.
El Gobierno argentino adoptó medidas drásticas para enfrentar los efectos de la crisis internacional, como un riguroso control de importaciones y la reducción de subvenciones a servicios públicos, en un año donde se proyecta un crecimiento más moderado que en el 2011.
‘Que conste que digo prensa nacional y no prensa corrupta”, apuntó con cierta ironía, Lourdes Tibán, legisladora de Pachakutik.
Las grandes empresas están aprovechando el elevado gasto público para hacer negocios. Lo han hecho en los casi cinco años del actual Gobierno y lo seguirán haciendo en el 2012.
Los asambleístas recibieron ayer, finalmente, la Pro forma presupuestaria 2012. En el documento se detalla lo que el Estado destinará el próximo año para sus gastos, desagregado por cada entidad.
Tras el balance presentado por la Cámara de Industrias y Producción, la semana pasada, sobre la gestión de los cuatro primeros años de Gobierno de Rafael Correa, el analista Walter Spurrier hizo lo propio ayer.