Una nueva escombrera autorizada se abrió en el sector de Santa Ana, cerca al relleno sanitario de El Inga.
La comisión especial que estará a cargo de la fiscalización del derrumbe en la escombrera El Troje se conformó el 14 de diciembre del 2017. Pero podrá empezar su trabajo la próxima semana, debido a que hubo demoras en la designación de su presidente.
Desde la mañana de este miércoles, 3 de enero de 2018, el parque Metropolitano del Sur abrió sus puertas a los ciudadanos. Ese espacio verde del sur de la ciudad se cerró el 6 de diciembre del 2017 tras el deslizamiento de tierra en la escombrera de El Troje.
La Administración Zonal Quitumbe, la Asociación de Volquetas y la Empresa de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs) alertaron sobre la mala disposición de los lodos provenientes de la construcción del Metro de Quito en la escombrera de El Troje, en la llamada Plataforma Sur, por parte del Consorcio Troje-Oyacoto. Esta firma fue contratada para esta gestión.
El Concejo Metropolitano de Quito resolvió conformar una comisión especial para fiscalizar e investigar las causas del derrumbe en la escombrera de El Troje, el pasado 5 de diciembre y que dejó un obrero fallecido y desabasteció a la ciudad de agua potable durante dos días.
El Municipio de Quito inhabilitó la escombrera de El Troje hasta determinar las causas que originaron el deslizamiento de 150 000 metros cúbicos de lodo, que afectaron al suministro de agua potable en 171 barrios de Quito. Empero, la distribución del líquido se fue normalizando ayer (9 de diciembre de 2017).
Con base en un informe preliminar, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, dijo que el Consorcio Troje-Oyacoto, empresa privada a cargo de la gestión de los escombros en El Troje, habría incurrido en una mala distribución del material en las diferentes cubetas.
Poco a poco, el agua potable regresaba el viernes, 8 de diciembre del 2017, a los 171 barrios que se quedaron sin el servicio, por un derrumbe en el canal que abastece del insumo, en la escombrera El Troje. En tanto, el viernes se anunció que se iniciarán acciones en contra de la empresa que maneja los residuos de la escombrera.
El viernes, 8 de diciembre del 2017, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, visitó la escombrera El Troje. El Burgomaestre dio a conocer que hubo una sobrecarga en los cubetos de la escombrera. Agregó que si hubo negligencia se iniciarán acciones en contra de la empresa que maneja los residuos.
Es la escombrera más grande de Quito, y el martes 5 de diciembre del 2017 por la noche colapsó: 150 000 m³ de tierra se deslizaron montaña abajo taponando 300 metros del canal de agua Pita-Puengasí, por donde va el líquido vital para abastecer a 600 000 personas, casi el 25% de la población de Quito.
Iban cargados de botellas, tinas, bidones y lavacaras el jueves, 7 de diciembre del 2017, en la intersección de las calles Quitumbe Ñan y Cóndor Ñan, en Quitumbe, sur de Quito. Era como una procesión de penitentes en busca de la salvación que, en este caso, eran unos pocos litros de agua, bajo un sol inmisericorde.
Un promedio de 130 volquetas al día ingresan desde el 3 de julio de 2017 a depositar el material en la escombrera El Semillero, ubicada en la quebrada de Guanapata, en la comunidad de Cocotog, nororiente de Quito.
El problema era permanente y generaba un riesgo para la población. Los montículos de tierra, cemento, varillas y materiales de construcción formaban parte del paisaje de esta parroquia del norte de la capital. Oyacoto se volvió el epicentro del problema. Esa realidad ahora es distinta.
Una escombrera clandestina pudo ser la causante del aluvión que la noche del pasado domingo arrastró lodo, llantas y otros restos sobre la calzada en el acceso a Quito de la Panamericana Norte, a la altura de Oyacoto, y que terminó con la vida de una madre y su hija de cuatro años. El deslizamiento de tierra y escombros atascó a 50 vehículos y bloqueó ambos carriles de la vía.
Una fila de volquetas se observó en el sector de El Troje, en el sur de la urbe. Por segundo día, las personas que trabajan en esta actividad paralizaron sus labores. El motivo: el incremento que se cobra para depositar material en la escombrera de este sector.