El álbum recién publicado por la diva de Pensilvania se convirtió en un fenómeno. Es el más vendido de la historia en formato vinilo.
En medio de la pérdida del hábito de comprar CDs y del auge de los servicios de música en streaming, el vinilo no solo es una de las pocas formas de consumo musical que sobreviven, sino que pasa por uno de sus mejores momentos.
La pasión de Roberto Arias por el rock y por los discos de vinil nació a un mismo tiempo. Fue en 1968 cuando una estadounidense llegó en un programa de intercambio a la casa de sus padres. La chica se pasó sus tres meses de estancia en Guayaquil leyendo la revista Selecciones y escuchando una y otra vez el ‘long play’ ‘Between the buttons’ (1967), de los Rollings Stones.
Hay algo en la experiencia de abrir los discos de vinilo, sacarlos de su envoltura y ponerlos a dar vueltas en un reproductor que sigue fascinando a los amantes de la música y eso se ha traducido en un importante aumento de las cifras de ventas en Estados Unidos.
Las canciones más famosas de los Beatles podrán ser escuchadas en vinilo tras una nueva grabación de los temas originales en los estudios de Abbey Road, mítico para el cuarteto de Liverpool.
Es una tendencia certera: los discos de vinilo empezaron a resurgir con fuerza dentro del mundo de los coleccionistas de música y para los melómanos del Ecuador tal premisa no es la excepción.