Una capa delgada, elástica y transparente se refleja bajo la luz de una cámara de flujo laminar. El laboratorio de procesamiento del Banco de Tejidos del Hospital Luis Vernaza, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, es totalmente hermético. Y solo las manos del técnico William Cajas -equipado con guantes, mascarilla y batas desechables-, pasan la frontera de una capa de aire estéril que separa el exterior del interior de la cabina.