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Tener acceso a una nube -Cloud- podría fomentar el crecimiento sostenible y favorecer a la planificación de una ciudad; fortalecer la seguridad ciudadana, la gestión del tráfico y mejorar el medioambiente, entre otras cosas positivas.
Según Roberto Falconí, director nacional de Tecnología de Puntonet, tener acceso a una nube también puede mejorar la toma de decisiones en las ciudades inteligentes. Así lo expuso durante su ponencia en el V Congreso Smart City, realizado el 8 y 9 de junio en el Swissotel.
Puntonet tiene una nube pública robusta, con capacidad para soportar hasta 2 mil virtual CPU, 5 teras de memoria Ram y un pentabyte de almacenamiento de disco, distribuido en discos de estado sólido, ápidos y transaccionales.
Al momento, esta empresa ecuatoriana trabaja con instituciones financieras, educativas, cooperativas de ahorro y crédito, segmento retail y Pymes que se dedican a desarrollar soluciones tecnológicas y de software.
Ampliación de la conectividad
En la actualidad, Puntonet tiene presencia en 22 ciudades y se piensan expandir a 15 ciudades más este año.
Trabajan en dos líneas de negocio: el segmento residencial con Celerity y el corporativo con Puntonet. En ambos segmentos tienen gran capacidad de ancho de banda, con planes que llegan a 500 megabits por segundo y pronto ofrecerán planes de 1Gbps. También hay planes disponibles desde 50, 60, 100, 200 mg que dependen de las necesidades del hogar y de los usuarios.
Falconí explica que durante la pandemia el requerimiento del ancho de banda creció en un 155%, antes el uso del Internet era normalmente para temas de ocio, pero ahora es una Internet de productividad porque se utiliza para clases virtuales, el teletrabajo y como siempre, para entretenimiento. “Las velocidades de antes de 5 o 10 megas eran insuficientes para una familia de cuatro personas, porque necesitaban al menos 40 megas por segundo, para tener cuatro conexiones con videoconferencia”.
Garantizar la seguridad
Para Falconí el tema de ciberseguridad es sumamente importante, él cree que hay que tener mucho interés y foco en las cosas que se están haciendo o dejando de hacer.
“Tenemos que proteger a nuestros usuarios con soluciones tecnológicas eficientes, pero la responsabilidad final está en el usuario, por ejemplo, si llega un correo electrónico y lo abren, a pesar de que sospechen que es un correo malicioso, el proveedor de servicio no tiene visibilidad. El usuario final es el eslabón más débil de la cadena de seguridad”, resalta.
También insiste en la necesidad de anonimizar los datos, encriptar la información sensible y buscar los algoritmos para trabajar con inteligencia artificial y hacer más segura la conectividad.
Sobre la construcción de ciudades inteligentes, resalta que es un trabajo en conjunto del sector público y privado porque el despliegue de las ciudades inteligentes debe venir desde los gobiernos locales con el tema de semaforización, tráfico, parqueos inteligentes y seguridad ciudadana, pero todo va atado a un entorno público-privado.
“Tenemos un camino importante por recorrer en el tema de ciudades inteligentes. En Ecuador las iniciativas son muy pequeñas, pero vamos por buen camino y debemos hacerlo rápido porque si no nos vamos rezagando cada vez más”, resalta Falconí.