La inflación mundial por la guerra de Rusia con Ucrania y la conmoción política y social del país no debe afectar aún más a la gente pobre. Quienes conducen la economía y la gestión social deben tener como objetivo supremo este tema, para lo cual deben invertir en obra pública los excedentes de petróleo que están disponibles, ya que de lo contrario el gobierno empeoraría la situación de la gente empobrecida por la pandemia.
En el primer año de gobierno no se ha hecho nada importante para mejorar la vida de la gente vulnerable, solo se ha intentado buscar inversiones privadas para crear empleo, sin resultados. Tampoco se hizo algo concreto para aumentar la seguridad alimentaria y disminuir la dramática desnutrición infantil. Se mejoró a la clase media con el aumento del 6,25% a los ingresos de los que ya tienen trabajo, mientras los demás, que constituyen la mitad de la población, solo han recibido bonos de pobreza y ayudas temporales para los que se quedaron sin empleo, porque esta mitad de la población no tiene voz ni sale a las calles, por lo que están en las sombras y en el olvido.
Por eso: 1) ha aumentado la delincuencia, 2) exacerbado la violencia que afecta a quienes por necesidad entran al micro tráfico de drogas, 3) ha crecido el número de informales que trabajan más y ganan menos que los formales, 4) los vulnerables de la clase media han bajado a ser pobres, 5) continúa la emigración pagando miles de dólares a los coyoteros endeudándose por varios años. Entre 2012 y 2021 los emigrantes enviaron remesas por USD 29.000 millones, para consumo y no para inversiones, mientras la inversión extranjera fue de solo USD 9.000.
Los poderosos siempre influirán para mejorar sus privilegios y enviar ingentes riquezas a los paraísos fiscales, pero el Estado debe invertir para disminuir la desigualdad ahora que tiene más ingresos petroleros. ¿Qué dice el silente ministro de finanzas al respecto?