Desde enero del 2022 empezará a aplicarse la nueva metodología para fijar las tasas de interés máximas en el sistema financiero ecuatoriano. En términos generales, esas tasas de interés, producto de la aplicación de la nueva metodología, no son muy diferentes a las vigentes, aunque ambas metodologías no son comparables. Sin embargo, la nueva es más transparente e identifica los factores que actualmente contribuyen a que las tasas de interés sigan altas en el país.
Por ahora, las empresas grandes y medianas del país se financian a tasas de interés del 9 y 10% anual, en promedio, mientras que los consumidores pagan un 16% en sus compras a crédito. Las microempresas, en cambio, pagan entre el 20 y 26%.
Tanto empresarios como consumidores preferirían que las tasas sean más bajas, pero hay que considerar que la tasa de interés refleja el costo del dinero en el mercado.
¿Cuál debiera ser la tasa de interés óptima? En teoría, aquella que resulte de la oferta y la demanda, lo cual implica liberar las tasas.
Entonces, ¿por qué no se dejó al libre mercado la fijación de las tasas de interés?
La respuesta tiene dos partes, una de mercado y otra legal.
En efecto, en un mercado de competencia perfecta, las tasas de interés que cobran los bancos por un crédito son producto de la oferta y la demanda, pero en el mercado nacional no hay competencia perfecta, sea por la presencia de asimetrías en la información, barreras a la entrada de nuevos competidores, la presencia de oligopolios, etc.
Para corregir esa imperfección del mercado se puso límites al costo del dinero a través de la fijación de tasas de interés máximas. Sin embargo, desde el 2007 esa fijación ha sido discrecional, ya que las tasas de interés máximas prácticamente no variaron ni en épocas de bonanza ni en épocas de crisis, lo cual es absurdo, pues no reflejaban las condiciones financieras del país.
En la parte legal, el Código Monetario establece que la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera podrá fijar las tasas máximas de interés para las operaciones activas y pasivas del sistema financiero.
Para una liberación de las tasas de interés habría que reformar el Código Monetario, lo cual no está en los planes del Gobierno.
La salida para las autoridades fue que la nueva metodología refleje de mejor manera el entorno económico del país, para lo cual se establecieron cuatro factores que moverán las tasas de interés en el tiempo: el costo de fondeo, los costos de riesgo de crédito, los costos operativos y el costo de capital.
Si se quiere bajar las tasas de interés se deberá trabajar en esos factores, por ejemplo, reducir el riesgo país, abaratar el costo del fondeo, buscar mayor eficiencia en el sistema financiero o atraer nuevos actores para fomentar la competencia.
Con la nueva metodología, las tasas de interés no solo reflejarán el entorno económico del país, también mostrarán las eficiencias e ineficiencias del sistema financiero ecuatoriano. Trabajar en esas ineficiencias permitirá ir bajando el costo del dinero.