¿Qué puede llevar a un empresario en Ecuador a contratar un trabajador? ¿Cómo puede una empresa iniciar la relación laboral en un país donde es relativamente complicado despedir empleados y donde la seguridad social se lleva más del 20% de la planilla? Muy sencillo, lo hacen porque es rentable.
En realidad no hay tanto misterio. Las empresas contratarán empleados mientras ganen al hacerlo. Si un empleado “cuesta” USD 1000, pero “produce” 1001, lo contratarán. Si produce 999, no lo harán.
Ahora, cuando el Gobierno aumenta el sueldo básico suceden diferentes cosas, dependiendo del tipo de compañías. Las empresas formales tratan de deshacerse de sus empleados menos productivos y, de ser el caso, tratan de reemplazarlos por otros más productivos. Esto último es un tema curioso. Hace poco oí al dueño de una fábrica decir que si subían más el sueldo básico, él iba a despedir al chofer del montacargas (un analfabeto) y reemplazarlo por un tecnólogo en mecánica: le costaba lo mismo, pero producía más.
En ese caso, un aumento del sueldo básico no hubiera aumentado el desempleo, sino que hubiera convertido en desempleado a una persona de poca educación (y creado un empleo para un tecnólogo).
En el sector informal las cosas son distintas. Cuando se sube el sueldo básico, aumentan los incentivos para permanecer en la informalidad y no aportar al IESS. Pero en la práctica se emplea a la misma gente y se le paga lo mismo que antes. Desgraciadamente, un aumento del básico también crea un incentivo para que las empresas formales traten de pasarse a la informalidad.
Hoy, el Gobierno está proponiendo la creación de un salario “digno”, que en realidad es un aumento de remuneraciones en las empresas que ganen utilidades. Quiere que cada empleado reciba, al menos, unos USD 380 mensuales en promedio, lo que el Gobierno considera que es “digno”.
Esa política, que parece una multa a las empresas eficientes, en algunos casos reducirá el empleo, en otros creará empleo para los más capacitados e incentivará a que los informales lo sigan siendo.
Se puede argumentar que nadie debería ganar menos de una cantidad “digna”. Hay muchísimos argumentos moralistas que pueden ir en esa dirección. El problema es que las empresas tienen que ganar dinero para poder sobrevivir y el salario digno, por más bienintencionado que sea, va a producir más informalidad y más desempleo (sobre todo entre los menos preparados). En el mundo real, la gente no gana, como Marx soñaba, “según sus necesidades”, sino “según su productividad”. Si queremos que los ecuatorianos ganen más, hay que hacerlos más productivos. Y eso se consigue con una educación enfocada en la producción, produciendo y olvidándose de las utopías revolucionarias.