En el año 2012, según la revista norteamericana “Forbes”, cinco de los siete gobernantes más ricos del mundo pertenecían a países árabes: Bashar al-Assad de Siria con un patrimonio mal habido de 45.000 millones de dólares, el sultán Muda Hassanal Bolkiah de Brunéi con 40 mil millones —cuya fortuna incluye la demencial colección de cinco mil automóviles de lujo y una gigantesca mansión con bóvedas de oro y un salón de banquetes para cinco mil invitados—, el rey Abdullah bin Abdulaziz de Arabia Saudita18 mil millones, el jeque Khalifa bin Zayed de los Emiratos Árabes 19 mil millones y Mohammed bin Rashid del mismo país 16 mil millones.
Esas fortunas, amparadas por los poderes omnímodos de sus propietarios, se esparcen en cuentas bancarias secretas de Suiza, el Reino Unido, Dubái, el sureste de Asia y el golfo Pérsico.
Saddam Hussein —quien gobernó Iraq con mano de hierro por un cuarto de siglo y cometió toda clase de atrocidades— fue otro de los dictadores ricos del planeta. Su fortuna, calculada en 6.000 millones de dólares por la revista “Forbes” en 1999, ocupaba un lugar preferente en el escalafón mundial de los billonarios. La fuente principal de su enriquecimiento fueron los clandestinos negocios de petróleo, cuyas utilidades no ingresaban al tesoro de Irak sino a las cuentas secretas del autócrata y las de sus hijos. Sin embargo, gobernantes que se decían de izquierda —como el ruso, el chino y algunos otros— apoyaron incondicionalmente a este pillo enriquecido al socaire del poder, al igual que algunos gobernantes norteamericanos lo hicieron con el corrupto monarca de Arabia Saudita.
Según “Forbes”, Estados Unidos es el país con el mayor número de multimillonarios en el mundo, seguido de China —donde uno de cada tres de sus 71 multimillonarios es afiliado al Partido Comunista—, Brasil, Alemania, India, Rusia.
En este proceso de creciente concentración de la riqueza se marca el ascenso de chinos, rusos e hindúes a la ultraprivilegiada categoría.
Entre los ricos del mundo está el actual gobernante chino. La agencia de noticias financieras “Bloomberg” reportó en junio del 2012 que Xi Jinping, presidente de China, tenía una fortuna familiar —tierras, negocios inmobiliarios, telefonía móvil— calculada en 390 millones de dólares.
Ya sólo falta que el multimillonario Donald Trump venza en las elecciones presidenciales de la potencia del norte.
En contraste con el mundo de los multimillonarios —según el Foro de Sao Paulo— “mientras en 1960 el 20% más rico de la población mundial disponía de un ingreso 30 veces mayor que el del 20% más pobre, hoy esa relación es de 82 a 1. Existen actualmente 358 personas, las más ricas del mundo, cuyo ingreso anual es superior al ingreso del 45 por ciento de los habitantes más pobres, o sea 2.600 millones de personas”. Y agrega: “30 millones de personas mueren por hambre cada año y más de 800 millones están subalimentadas”.