La siguiente es una cita de un tuitero consultor en comunicación, Juan Antonio Giner, (@GINER): “¿Periodismo ‘low cost’, periódicos sin periodistas, periódicos descafeinados? No se hace chocolate sin cacao. Punto”.
Así de contundente, la comunicación y las libertades son patrimonio mundial, no pueden estar al arbitrio de políticos que no están a la altura de los vertiginosos cambios que experimenta la sociedad.
La Ley de Comunicación puede ser todo lo represiva o arbitraria que hayan ideado algunos legisladores. Pueden amenazar todo lo que quieran a los periodistas que, lamentablemente, se verán obligados a autocensurarse para evitar ir a parar a la cárcel, podrán arrebatar frecuencias cuando la comisión crea que a través de las ondas hertzianas se ofende al poder.
Pero jamás lograrán callar el pensamiento de los ciudadanos que, en la actualidad, se expresan a través de redes de comunicación e intercambio de opiniones como es Twitter. En el esquema tradicional de información tendrían que mandar a la cárcel a centenares de tuiteros irreverentes con el poder.
Por suerte existe #RadioPirata que jamás, al contrario de la Conaie, se ha ilusionado con la posibilidad de ganarse una frecuencia a cambio de unos votitos en el Congreso. Que el legislador que se atribuye la autoría de la ley de marras y confunde el ave azul de Twitter con el ‘feirbuk’ o con el pájaro azul de Guaranda, no se ilusione con la posibilidad de censura, una radio como esta es un ‘podcast’ (un programa de audio cargado en la Web).
¿Es posible la censura? No. Tendría que producirse un apagón general para que nadie tenga acceso a un computador. Tuve el honor de ser invitado a esa radio donde me encontré con varios tuiteros, todos irreverentes, críticos del poder político, de todo poder, tenga nombre de León, de Lucio o de Rafael. Se ríen del poder y de los funcionarios circunspectos que creen que su actual posición es vitalicia. Estos jóvenes son irónicos, no se tragan cuentos ni se dejan convencer pese a la atosigante propaganda ideológica.
Conducido por @Gatoquefuma y por @Polificcion la radio, en un principio, era escuchada por cuatro pelagatos, a la segunda semana éramos alrededor de 100 y ahora más de 1 000 ‘pelafelinos’ siempre dispuestos a oír algo diferente, expresado con libertad y elegancia.
Si alguien cree que va a encontrar un estudio de grabación similar al de la BBC de Londres se va a decepcionar. Lo que hay sobre una mesa son montones de cables, micrófonos de varios tamaños y una consola de sonido que parece de juguete.
Pero qué importa, las ansias de expresarse con libertad es lo que más anhelan estos pioneros de la radio en la era digital. Y a propósito, tal como se promociona en Twitter, hoy es viernes de #RadioPirata.